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Fabio Barrera, pintor colombiano residente en Beijing: “La serpiente me parece la combinación perfecta para el año entrante”
Nota del editor:
El Festival de la Primavera de este año se celebrará el 29 de enero. Como momento cumbre para la reunión familiar, la camaradería, la generosidad y el abrazo dentro de un nuevo ciclo vital, el movimiento será una de sus constantes. Al calor del deshielo, el ying y el yang giran en la fija impermanencia hacia la renovación más plena.
La llegada del año nuevo lunar no deja indiferente a nadie que resida en China. Nacionales y extranjeros, unidos en el fragor de la excelsa celebración, comparten el influjo de este promisorio momento, auspiciado bajo la égida de uno de los doce animales del zodíaco que anuncia renovados dones. Con la llegada de esta primavera, el dragón entregará su cetro a la serpiente, que en la cultura china implica misterio, impredecibilidad, espiritualidad y riqueza. Aunque de apariencia es fría, el corazón de la serpiente está lleno de pasión y sabiduría.
Para esta ocasión, amigos latinoamericanos residentes en diversas zonas de China nos han ofrecido testimonios sobre el Festival de la Primavera.
Fabio Barrera, pintor colombiano residente en Beijing, trabaja en su taller acompañado de estudiantes chinos. (Foto: cortesía)
Fabio Barrera, pintor colombiano residente en Beijing: “La serpiente, ese símbolo tan fascinante de renovación, inteligencia y un poco de sigilo, me parece la combinación perfecta para el año entrante”
Por Yasef Calderón
A mediados de los años ochenta, durante un momento fascinante de su vida, el pintor e intelectual colombiano Fabio Barrera tuvo la oportunidad de conocer a varios traductores y pintores chinos que residían o estudiaban en Bogotá. Ese intercambio “despertó mi interés genuino por conocer de cerca esa tierra lejana de la que hablaban con tanto cariño y orgullo”. A comienzos de 1989, le ofrecieron trabajar en China como corrector de estilo en la prestigiosa Editorial de Lenguas Extranjeras. Al recibir la noticia, le invadió una mezcla de sorpresa y entusiasmo. “Era como si todas las piezas encajaran: mi pasión por las palabras, mi interés por las culturas lejanas y mi espíritu aventurero. Así que acepté sin titubear, con la certeza de que esa invitación marcaría un antes y un después en mi vida personal y profesional”.
“Apenas un suspiro en el marco de la inmensidad cultural y territorial de China”, asi boceta Fabio los casi 37 años que ha vivido en el gigante asiático. “Aunque el tiempo parece suficiente, siempre queda mucho por descubrir en un país tan vasto y diverso”.
“China es un caleidoscopio de tradiciones, costumbres, paisajes y maneras de entender el mundo”, dibuja el maestro colombiano. “Desde la delicadeza de sus ceremonias del té hasta la complejidad filosófica de sus antiguas escrituras, hay una inmensidad de aspectos que me han fascinado y cautivado”.
Considerando a los festivales chinos como una ventana fascinante para apreciar el alma colectiva, desde que llegó en el año de la Serpiente de Tierra, Fabio ha sido testigo de “una sucesión de celebraciones que marcan el tiempo con un ritmo único”. En 2001 celebró el año de la Serpiente de Metal, en 2013 el de la Serpiente de Agua, y ahora se prepara para la llegada de la Serpiente de Madera.
“El Festival de la Primavera es, sin duda, una de las celebraciones más significativas y majestuosas que he experimentado en mi vida. Al vivirlo durante tantos años, me ha resultado imposible no conectar profundamente con su simbolismo y su esencia”. En perspectiva, “cada uno de estos años especiales ha traído consigo experiencias inolvidables: desfiles llenos de color, comidas tradicionales que cuentan historias y rituales que conectan generaciones”.
“Vivir estos momentos me ha permitido apreciar la importancia que los chinos otorgan al tiempo, no solo como una sucesión de días, sino como un ciclo donde cada elemento tiene su lugar y propósito”, subraya.
En el espíritu de Fabio, artista de las formas y el color, “desde los ritos que honran a los ancestros hasta los espectáculos de fuegos artificiales que iluminan el cielo, todo es una manifestación de alegría”. Y aunque le resulta complicado detallar las 32 celebraciones que le ha tocado vivir en China, recuerda que “todas han tenido su propia chispa como experiencias únicas del Festival de la Primavera”.
“Para un extranjero, lo más impactante puede ser la escala de las celebraciones, la minuciosa organización y la calidez humana que se percibe en cada rincón. Pero, más allá de los detalles visibles, lo que más me ha tocado es el sentido de comunidad y la importancia de la familia que caracteriza esta festividad”, matiza.
Fabio Barrera, pintor e intelectual colombiano residente en Beijing. (Foto: cortesía)
Con amigos y familiares chinos, también le ha tocado vivir lo que él intuye como “el síndrome del Año Nuevo televisado” cuando “el televisor toma protagonismo, y aunque se baila, se canta y se comen semillas de girasol... todo el mundo está, de alguna manera, en espera del gran espectáculo televisivo”.
“En cuanto a la Gala en TV, ¡vaya! Es una tradición tan arraigada que casi me siento culpable si me la pierdo”, confiesa Fabio. “Esta especie de "gran show anual" es un reflejo del fervor por la cultura, la música, el arte y, claro, la comedia. A veces la gente no puede evitar comentar sobre los bailes, las canciones y las bromas que, por más clásicas que sean, nunca dejan de arrancar una sonrisa”.
Con la llegada de esta primavera, el dragón entregará su cetro a la serpiente, que en la cultura china implica misterio, impredecibilidad, espiritualidad y riqueza.
“Si yo fuera chino, diría que la serpiente de madera del 2025 tiene un aura de misterio y sabiduría. La serpiente, ese símbolo tan fascinante de renovación, inteligencia y un poco de sigilo, me parece la combinación perfecta para el año entrante”. Y vislumbra que la madera, con su energía de crecimiento y expansión, le dará un toque especial, como si la serpiente estuviera preparándose para deslizarse con más calma, pero con una firmeza decidida.
“Es un año para reflexionar, para sembrar ideas y proyectos, con una mirada cautelosa hacia el futuro, pero también con una mente abierta para abrazar nuevos comienzos”, detalla Fabio.
Haber vivido 35 años en China, le ha permitido a este pintor e intelectual colombiano ser “testigo del desarrollo acelerado de una nación que se levanta con una energía imparable, que desafía las expectativas y se reinventa constantemente”.
“China ha experimentado transformaciones tan profundas que, a veces, uno se siente como si hubiera vivido varias vidas en una sola, tan cambiantes han sido sus paisajes urbanos, sus dinámicas sociales y su panorama económico”, asevera. Y reconoce que vivir en un país tan dinámico le ha permitido “ampliar mi visión del mundo de una manera que no habría imaginado”. En consecuencia, “la influencia de esta evolución constante me ha impulsado a desarrollar muchas facetas creativas, como las traducciones, los escritos y, por supuesto, la pintura”.
“32 años de celebraciones del Festival de la Primavera me han dejado con muchas historias que contar, pero siempre me queda una sensación de calidez, de estar rodeado por una cultura que valora profundamente la familia, la tradición y la unión”, manifiesta el maestro colombiano.
“Eso sí, un año de estos espero poder disfrutar de la Gala, y sin tener que masticar semillas de girasol... ¡pero quién sabe!”