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Antonio Flórez, residente peruano en Beijing: “El Año Nuevo Lunar es uno de los festivales más polifacéticos y ricos en contenido y expresiones artísticas”
Nota del editor:
El Festival de la Primavera de este año se celebrará el 29 de enero. Como momento cumbre para la reunión familiar, la camaradería, la generosidad y el abrazo dentro de un nuevo ciclo vital, el movimiento será una de sus constantes. Al calor del deshielo, el ying y el yang giran en la fija impermanencia hacia la renovación más plena.
La llegada del año nuevo lunar no deja indiferente a nadie que resida en China. Nacionales y extranjeros, unidos en el fragor de la excelsa celebración, comparten el influjo de este promisorio momento, auspiciado bajo la égida de uno de los doce animales del zodíaco que anuncia renovados dones. Con la llegada de esta primavera, el dragón entregará su cetro a la serpiente, que en la cultura china implica misterio, impredecibilidad, espiritualidad y riqueza. Aunque de apariencia es fría, el corazón de la serpiente está lleno de pasión y sabiduría.
Para esta ocasión, amigos latinoamericanos residentes en diversas zonas de China nos han ofrecido testimonios sobre el Festival de la Primavera.
Antonio Flórez y su familia disfrutando del Año Nuevo Lunar en Beijing, China. (Foto: cortesía)
Antonio Flórez, residente peruano en Beijing: “El Año Nuevo Lunar es uno de los festivales más polifacéticos y ricos en expresiones artísticas”
Por Yasef Calderón
“Ya 15 años... y contando”, precisa el peruano Antonio Florez acerca de su tiempo de residencia en China. Nacido en el mítico Cusco, gracias a una beca pudo estudiar en el país un año de idioma chino. Al final, decidió quedarse en el gigante asiático para construir una nueva vida.
Desde hace 15 años, Antonio disfruta de la encantada renovación que fluye durante el Festival de la Primavera.
“Con temor de pecar de simplificista, tiene el mismo valor que la Navidad para nosotros”, precisa. “Ocupa un lugar importante en el imaginario cultural en China, tanto como la celebración familiar (i.e. el ritual propiciatorio) como en la producción de contenido cultural: tradiciones, historias, espectáculos...”
En Beijing, ciudad donde reside Antonio y la familia que ha formado, el Festival de la Primavera adquiere contorno en “mercadillos de Año Nuevo que se organizan en distintos parques a través de la Capital, cada uno con sus particularidades”.
“El más tradicional, según me han contado, es el del Templo de la Tierra en Andingmen. Pero hay otros en el parque Chaoyang, en Liulichang, Taoranting... Pekín es enorme”, asegura el peruano.
Años atrás, Antonio tenía por costumbre ir a Houhai a ver los fuegos artificiales a las 12 de la noche, aunque “poco a poco me he vuelto más sedentario, y ahora se traduce en esperar sentado tras una opípara mesa el inicio de la Gala de Año Nuevo”. Ver durante horas este maratónico programa de televisión “se volvió tradición cuando empecé a frecuentar las cenas de año nuevo con la familia de mi pareja. Es parte del espectáculo de año nuevo el escuchar las historias y comentarios sobre los personajes que aparecen en pantalla”.
Y aunque la alta movilidad de personas es uno de los distintivos sociales del Festival de la Primavera, Antonio evita planear cualquier viaje en Año Nuevo.
“Además, Beijing en año nuevo se vuelve un remanso de tranquilidad, ajeno al ajetreo de la vida cotidiana, así que aprovecho esas fechas para desenterrar mi romance con esta ciudad antes de que comience el ajetreo de la vida post-feriados”.
Antonio Flórez junto a sus amigos chinos en vísperas del Año Nuevo Lunar en Beijing, China. (Foto: cortesía)
Graduado de Filología Clásica en Costa Rica y reconocido por su aporte latinoamericano a la industria china de los videojuegos, este peruano sui generis considera que el país “ha avanzado mucho con la regularización de los visados y la creación de mecanismos de inclusión de ciudadanos extranjeros en ámbitos digitales”.
“Al menos en la industria en la que trabajo, existe una división muy marcada entre el mercado interno y el mercado exterior. China desea expandir sus servicios y su tecnología a otros mercados, por lo que existe un concepto específico de “ir hacia afuera” (Chu hai) y descubrir nuevas oportunidades en otros mercados”, asegura.
Para Antonio, China en tres palabras armoniza así: vasta, tradicional, ambiciosa.
“El panorama en China cambia cada año, hay optimismo en que las dificultades se han de sobrepasar y más oportunidades irán surgiendo a medida que evolucione el mercado, sea interno o externo”, manifiesta. “Siempre habrá un sitio para los que quiera ver crecer el fruto de sus esfuerzos.”
Con la llegada de esta primavera, el dragón entregará su cetro a la serpiente, que en la cultura china implica misterio, impredecibilidad, espiritualidad y riqueza.
“El Año Nuevo Lunar es una de estas tradiciones, que me figuro que para la gente aquí sigue significando lo mismo que hace cien, quinientos o mil años: un momento en el tiempo para propiciar la suerte y la buenaventura para la familia, el trabajo, las amistades. Y si a esto añadimos las tradiciones y costumbres que cada localidad pueda tener, resulta que tenemos uno de los festivales más polifacéticos y ricos en contenido y expresiones artísticas”.
“Doy por descontado que veré la gala de año nuevo este año, y espero que también los siguientes”, augura Antonio, y en fluido mandarín nos desea un feliz año nuevo.