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Más peces cebra nadarán en la estación espacial china
En 2025, seis peces cebra viajarán a la estación espacial china para ayudar a los científicos a explorar cómo el entorno espacial afecta al desarrollo muscular y esquelético de los vertebrados. Se espera que esta investigación impulse la supervivencia humana a largo plazo en el espacio y allane el camino para la habitabilidad interplanetaria.
Una "pecera" en la Estación Espacial Tiangong de China albergará este año seis peces cebra y seis gramos de Ceratophyllum, según Wang Gaohong, del Instituto de Hidrobiología de la Academia China de Ciencias, quien habló con Xinhua el lunes. El estudio se centrará en el impacto de la microgravedad en las proteínas de los huesos y músculos del pez cebra. Una vez que el experimento llegue a su fin, los peces serán congelados y llevados de regreso a la Tierra para un análisis más profundo.
En abril de 2024, la nave espacial tripulada Shenzhou XVIII envió a la estación espacial un contenedor con cuatro peces cebra y cuatro gramos de Ceratophyllum, formando así el primer ecosistema acuático autosostenible basado en el espacio de China. Este ecosistema acuático espacial funcionó sin problemas durante unos 43 días, lo que estableció un récord mundial para la mayor duración operativa de un sistema de este tipo.
"La vida típica de los peces cebra es de dos a tres años. Por lo tanto, sus 43 días en el espacio equivalen a que un humano pase allí de tres a cuatro años", dijo Wang, quien está a cargo del experimento.
La "pecera Tiangong" actualmente en desarrollo tiene un volumen de solo 1,2 litros, equivalente a dos botellas de agua potable. Realizar experimentos de reproducción a largo plazo para peces cebra en un espacio tan pequeño presenta varios desafíos. Para abordar estos problemas, los investigadores dedicaron de tres a cuatro años en la Tierra a la preparación y planificación.
Al igual que los astronautas se enfrentan a una selección rigurosa, también lo hacen los peces cebra que se dirigen al espacio. "Los cuatro peces cebra que entraron en la estación espacial fueron seleccionados entre 200 candidatos. Deben ser adultos con buena salud, tener un temperamento estable y ser compatibles entre sí", dijo Wang.
Cuando las primeras imágenes de la "pecera Tiangong" fueron transmitidas a la Tierra, Wang estaba eufórico. "Dejamos un poco de aire en el recipiente. En el espacio, se mezcló con el agua y creó hermosas burbujas, parecidas a un palacio de cristal".
Durante el experimento espacial de 43 días, Wang y sus colegas científicos monitorearon la "pecera Tiangong" las 24 horas del día desde la Tierra.
Observaron que el Ceratophyllum y el pez cebra inicialmente mostraron inestabilidad en varias métricas, pero gradualmente se autorregularon y se adaptaron entre sí. El Ceratophyllum mantuvo una actividad fotosintética robusta durante su estadía en órbita.
Inicialmente, el pez cebra mostró comportamientos espaciales anormales, como nadar boca abajo y dar vueltas en círculos. "Al igual que los humanos, los peces no pueden distinguir arriba de abajo en microgravedad, lo que provoca movimientos desorientados", explicó Wang.
Las muestras de agua recogidas de este ecosistema acuático espacial regresaron a la Tierra con la nave espacial Shenzhou-18 en noviembre de 2024, y los científicos ahora están profundizando en su análisis.
Los peces cebra comparten una gran similitud genómica con los humanos. Son pequeños, se reproducen rápidamente y tienen un ciclo de desarrollo corto, lo que los convierte en un organismo modelo de primera en las ciencias de la vida. Se utilizan ampliamente en investigaciones que abarcan varios campos, incluida la hematopoyesis, la salud cardiovascular, los riñones, los sistemas esqueléticos, los tumores y la epilepsia.
La microgravedad en el espacio puede inducir una variedad de fenómenos fisiopatológicos en los humanos, como problemas cardiovasculares, inmunidad debilitada, pérdida ósea, atrofia muscular y desequilibrios hormonales. Comprender estos efectos es un esfuerzo científico clave en la biología espacial. Este estudio mejorará nuestra comprensión colectiva de cómo el entorno espacial afecta a los genes, las células y la vida en general.
Este estudio ha sentado unas bases sólidas para la investigación sobre la salud de los astronautas utilizando el pez cebra como modelo, afirmó Wang. "De cara al futuro, cuando los humanos estén pensando en abandonar la Tierra para ir a otros planetas, es fundamental contar con un soporte vital sostenible. Las criaturas acuáticas como los peces y los camarones, con sus altas tasas de conversión alimenticia, podrían ser una fuente ideal de proteínas".