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ENTREVISTA: China impulsa un nuevo modelo de desarrollo productivo para un crecimiento progresivo a largo plazo
Vista aérea nocturna tomada con un dron el 28 de noviembre de 2024 del Nuevo Poblado de Zhujiang, en Guangzhou, en la provincia de Guangdong, en el sur de China. (Xinhua/Liu Dawei)
China, que contribuye con cerca de un 30 por ciento al desarrollo económico mundial, ha logrado un crecimiento "combinado y complementario" a nivel interno, con miras a transformar y potenciar la estructura productiva nacional en un mediano y largo plazo, afirmó la economista chilena Marcela Vera.
"China va a generar en algún minuto un salto cuantitativo respecto del crecimiento económico a nivel global", gracias a la creación "de un nuevo modelo de desarrollo productivo", señaló Vera en una entrevista con Xinhua.
Para la académica de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), China ha fomentado la integración de sus fuerzas productivas a nivel país y en el mundo, con innovaciones en Inteligencia Artificial, robótica y modelos de gestión altamente eficientes, lo que le ha permitido en la interna reducir costos y paliar la inflación.
"Es un modelo muy eficiente en términos de que está ahorrando muchos recursos, pero al mismo tiempo generando una reinversión de aquellos recursos que ahorra, y por eso es altamente competitivo. Estos beneficios de cambio de modelo de gestión se podrán observar en cuatro, cinco y diez años", explicó la además directora del Instituto de Gobiernos Locales de la Universidad Abierta de Recoleta.
En un análisis de la economía china al cierre de 2024, la docente destacó que el país asiático "tiene un gran potencial económico, pero es muy importante que se desarrolle de manera pareja e igualitaria, considerando las diversidades que cada región posee".
En cuanto a las decisiones macroeconómicas de China, comentó que las políticas fiscal, monetaria y comercial "están ampliamente integradas dentro del diseño que realiza el Gobierno chino", lo que fortalece a sus diversas industrias.
Según la reciente Conferencia Central de Trabajo Económico, en la que se establecieron las prioridades para el trabajo económico en 2025, China adoptará una política fiscal más proactiva y una política monetaria moderadamente laxa.
En palabras de la entrevistada, una política fiscal proactiva "permite generar un mayor crecimiento económico, a la vez de producir un tipo de inversión que fortalezca el aparato productivo de largo plazo".
En tanto, la política monetaria ha evolucionado este año "de forma muy interesante, puesto que China no liberalizó la cuenta de capitales, sino que más bien fortaleció los sistemas internos para lograr un capital que les permita desarrollar procesos de inversión".
La además directora del Instituto de Gobiernos Locales de la Universidad Abierta de Recoleta, mencionó entre aquellas medidas la baja de tasas de interés para la compra de viviendas, con créditos selectivos que apuntaron en primera instancia a estabilizar el sector de la construcción del país asiático; un movimiento clave para dinamizar el empleo.
De acuerdo con la proyección de octubre del Fondo Monetario Internacional (FMI), las políticas económicas de China se están desarrollando en un contexto general que muestra que el estado del crecimiento global sigue siendo "de expansión restringida", en consideración con una necesidad actual de crecimiento económico y una reforma estructural a largo plazo.
Por ejemplo, la máxima prioridad en la fijación de políticas para 2025 en China es la expansión de la demanda interna, diferente de la máxima prioridad para 2024, que ha sido la construcción de un sistema industrial moderno.
Vera subrayó en esa línea la importancia para China de alcanzar "un crecimiento paulatino para poder ir desarrollándose de manera mucho más homogénea, custodiando que el consumo no sea superfluo, sino que esté dirigido a procesos de inversión".
A su juicio, China con su planificación de la economía no solo persigue el crecimiento propio, "sino también posicionarse geopolíticamente en el mundo, puesto que vincula el desarrollo comercial con la transferencia tecnológica a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta".
Este plan de desarrollo, lanzado en 2013 por el Gobierno chino, junto con el impulso a una serie de acuerdos multilaterales, ha hecho posible que los países subdesarrollados puedan acceder a beneficios compartidos, tales como atraer inversiones, modernizar su infraestructura productiva y hallar fórmulas para mitigar los impactos del cambio climático, explicó la profesional.
En sus previsiones para 2025, la profesional enfatizó que "China debe desarrollar nodos que le permitan producir articulaciones de mayor calidad para fortalecer su comercio internacional, al mismo tiempo de encontrar espacios para ser un actor prioritario en la gran mayoría de los países del mundo", tanto a nivel económico como político.