Desarrollan en Brasil un programa con biotecnología para enfrentar el coral sol

Una startup brasileña desarrolló un programa a través de la biotecnología para enfrentar el coral sol, una especie invasora del medio marino brasileño y aún sólo se controla mediante extracción manual.

Con sus vibrantes colores, el coral sol puede hacer las delicias de los submarinistas, pero es motivo de preocupación para científicos y estudiosos. Su creciente infestación ha preocupado a los gestores de las unidades de conservación y a la industria del petróleo y el gas por sus repercusiones ambientales y económicas.

El Bio Bureau, con sede en Río de Janeiro, apuesta por la biotecnología para atajar el problema mediante estudios genéticos y simulaciones informáticas de la dispersión. El objetivo es rastrear el origen y las rutas de invasión del coral sol, así como desarrollar un método para detectar su presencia a gran escala, a escala nacional.

Ante este reto, la búsqueda de soluciones llevó la startup a dedicarse a desarrollar herramientas para contener la infestación y evitar la propagación del coral sol.

"En Brasil tenemos más de 500 especies invasoras, es decir, especies no autóctonas que causan impactos negativos. Sólo 16 de ellas han supuesto un gasto de más de 77.000 millones de dólares en las últimas décadas para su contención y gestión", afirmó a Xinhua Juliana Americo, bióloga y directora de Bio Bureau Biotecnologia.

"Estos organismos invasores han causado 1.004 impactos negativos en los ecosistemas brasileños, frente a sólo 33 impactos positivos", dijo.

El coral sol, considerado el invasor más importante en el medio marino del país, está formado por Tubastraea tagusensis, que suele ser de color amarillento, y Tubastraea coccinea, de color naranja. A diferencia de muchas especies bioinvasoras, introducidas intencionadamente por el hombre, el coral sol llegó accidentalmente a la costa brasileña.

"Estas especies llegaron con las estructuras petrolíferas del sureste y luego se extendieron del noreste al sur del país. El coral sol se propaga fácilmente, liberando sus larvas en las corrientes. Además, no necesita luz solar directa para crecer. Se instala en ambientes sombreados, ocupando desde grietas en las rocas hasta estructuras metálicas en alta mar", dijo Americo.

Es difícil controlar un organismo que se propaga por el agua y, en la actualidad, las acciones manuales de eliminación del coral sol, aunque necesarias, tienen una eficacia limitada a largo plazo.

Por ello, Bio Bureau está explorando enfoques como el uso de la genética para evaluar el riesgo de infestación y dispersión del coral sol. Sobre esta base, está desarrollando un sistema para evaluar el riesgo de infestación y dispersión basado en datos hidrodinámicos y genéticos y en la detección de la presencia de la especie a partir de registros fotográficos y rastros de su ADN en el agua.

"Gracias a la secuenciación genética, estamos tratando de entender cómo estos corales han invadido nuevos lugares y de dónde pueden haber venido", comentó.

El proyecto Rota do Coral-Sol pretende no sólo cartografiar la presencia del invasor, sino también implicar a la comunidad en la recogida de datos a través de una plataforma de ciencia ciudadana. La página web cuenta con un mapa colaborativo donde cualquiera puede compartir registros fotográficos o de vídeo del coral sol en cualquier parte del mundo y contribuir a la lucha contra esta especie invasora.

"Este esfuerzo colaborativo y multidisciplinar pone de relieve la importancia de la investigación científica y la innovación tecnológica en la conservación de los ecosistemas marinos. Combinando el conocimiento científico y el compromiso público, podemos hacer frente a los retos que plantean las especies invasoras y proteger la rica biodiversidad de nuestros océanos", concluyó Americo.