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Robótica china para la inclusión digital y el desarrollo de alta calidad
Un robot humanoide es visto durante la Feria Internacional del Comercio de Servicios de China 2023 (CIFTIS, por sus siglas en inglés) en el parque de Shougang, en Beijing, capital de China, el 5 de septiembre de 2023. (Xinhua/Ren Chao)
Por Yasef Calderón
La transformación digital sigue siendo una meta constante en los planes de desarrollo económico y social de China. Día tras día, los resultados saltan a la vista. La gran ola digital no se reduce al reportaje de ocasión, presentaciones de logros científicos o exposiciones internacionales. Unida a la inteligencia artificial, al análisis y uso de macrodatos y a los procesos digitales de vanguardia, la robótica -y sus manifestaciones físicas más cercanas al reino de este mundo-, destacan su impronta dentro de la vida de los residentes de ciudades y pueblos chinos, redimensionando posibilidades y verticalizando un derrotero que todo indica que llegó para quedarse.
China, que se destaca en el mundo por su rapidez ejecutiva y capacidad de financiamiento, también aprovecha su gran escala industrial y poblacional en el terreno de las aplicaciones robóticas y de inteligencia artificial. Y aunque dentro de este proceso de actualización del modelo económico, una parte importante de la fuerza laboral pudiera llegar a quedar reemplazada, no debe ser precisamente la tecnología en sí quien reemplace a las personas, sino la forma de implementación y la extensión de su uso que permitan los planificadores y reguladores de la transición en marcha. En China, los robots ya pueden resolver muchos problemas de eficiencia y velocidad dentro de la esfera del trabajo mecánico o repetitivo, liberando al individuo y obligándolo a enfocarse en un trabajo más original y activo dentro de la sociedad. Como se ha argumentado acerca de una posible estrategia de coexistencia con los circundantes robots, hoy la diferencia radica en que los seres humanos respondemos a emociones reales, nos preocupan lo que piensan y sienten los demás, podemos llegar a comprendernos a nosotros mismos y mantenemos aún esas extraordinarias ansias de crear.
Bajo el plan de acción “Robot+”, la constancia y unidad del gobierno con la academia, la industria, el sector estatal y la empresa privada han sido clave para los buenos resultados en innovación e inclusión digital hacia una transformación efectiva que consolide el desarrollo de alta calidad de la economía del gigante asiático. En este sentido, esa gran apertura ha ampliado el radio de incidencia de la robótica. En el informe Robótica Mundial 2023, se asegura que China es el país donde más crece la instalación de robots industriales. De esta forma se busca incrementar la productividad, mantener la competitividad y contrarrestar el desajuste laboral proveniente del envejecimiento poblacional.
Construido en 1939, Elektro, el primer robot del mundo, causó sensación pero no tenía ninguna utilidad relevante. Sin embargo, la robótica china actual abraza un fin: facilitar el trabajo y la vida de los seres humanos. En China, los robots - ya sean en su concepto más apegado a la máquina-herramienta o en sus versiones más modernas de androides y humanoides-, se despliegan a favor de elevar la calidad de la salud, la educación, la seguridad, la cultura, el esparcimiento o la atención del adulto mayor, entre otros meritorios objetivos. Si miramos con detenimiento, encontraremos que el mercado de la robótica china ofrece una amplia gama de empleados domésticos (pequeñas máquinas autónomas que ayudan en las diferentes tareas de la casa como aspirar, lavar, planchar, cocinan, lavar la loza, limpiar cristales), camareros y cocineros multifuncionales, auxiliares en instituciones públicas, asistentes al cliente, entrenadores físicos, guías turísticos, heladeros, baristas, masajistas, cirujanos, choferes para la conducción autónoma.... En China, la lista de nuevas funciones robotizadas no para de crecer.
Junto a los drones, los trenes de alta velocidad, los automóviles eléctricos y las máquinas robóticas consideradas “tradicionales”, los nuevos humanoides se integran a una importante gama de productos chinos de vanguardia que logran demanda y aceptación global. Impulsados por los avances tecnológicos chinos en IA, los robots humanoides es uno de los tópicos más recurrentes dentro de la industria robótica actual. Se calcula que el mercado mundial de estos productos crecerá entre 2023 y 2030 alrededor del 53 por ciento anual.
Celebrada en Beijing, la Conferencia Mundial de Robots 2023 fue una notable exhibición de destreza robótica de vanguardia. Los humanoides chinos ocuparon el centro del escenario, asombrando a los visitantes con fascinantes pasos de baile, saltos mortales y precisos gestos. Entre los más relevante: el popular Panda Robot, el Unitree H1, el CyberOne de Xiaomi, el recolector de frutas y los robots educativo-culturales que recrean la apariencia de los poetas chinos de la dinastía Tang (618-907) Li Bai y Du Fu.
Creado por Unitree Robotics, empresa emergente con sede en Hangzhou, el Unitree H1 de 1,8 metros de altura y 47 kilogramos está equipado con un radar láser que puede moverse a más de 1,5 metros por segundo. El humanoide chino resalta por su alto integración con humanos. Sus prestaciones han sido elogiadas por Andrej Karpathy, uno de los miembros fundadores de OpenAI, la empresa que desarrolló la popular plataforma de inteligencia artificial generativa ChatGPT.
Por otra parte, el CyberOne, desarrollado por Xiaomi, es un robot humanoide que detecta emociones. Con sus 170 centímetros y un peso de 52 kg, soporta hasta 21 grados de libertad de movimiento y alcanza una velocidad de respuesta en tiempo real que permite una simulación completa del movimiento humano.
Entre los valores que más se aprecian en la nueva gama de robots humanoides del estilo Li Bai y Du Fu está que las expresiones de su cuerpo luzcan naturales, simulen voces y acciones como personas reales e interactúen de forma lógica con la audiencia, abordando conversaciones sobre tópicos del saber que se necesitan en áreas como la cultura, el turismo o la educación.
Otra de los campos importantes de acción de la robótica en China está en la agricultura, sector que persigue un alto nivel de inteligencia, digitalización, modernización y eficiencia. Entre los mejores ejemplos de la “robótica china del surco” destaca el nuevo robot recolector de fruta de varios brazos, capaz de recoger y almacenar automáticamente entre 400 y 500 piezas de fruta por hora, 24 horas al día y con alta capacidad para minimizar el daño que sufre la fruta durante la recolección. Este robot agricultor se ha aplicado en cultivos de Beijing y Shandong, y hay planes de emplearlo en Estados Unidos y Australia.
Como la robótica ha demostrado que puede realizar trabajos de alta precisión y, al mismo tiempo, mejorar la productividad y contribuir a la sociedad mediante el alivio de conflictos, problemas y limitaciones que padece el ser humano contemporáneo, en China su horizonte se expande para crecer en la exploración de sus usos potenciales, mejorar el diseño de los productos, el nivel de interacción entre robots-usuario, y potenciar el valor de los servicios que prestan.
China también armoniza su industria robótica con la alta penetración de nuevas tecnologías como el 5G, la computación en la nube y la detección inteligente para mejorar la funcionalidad de la navegación autónoma, la evitación automática de obstáculos, la interacción humano-ordenador, el reconocimiento de voz y visual y el análisis cualitativo de macrodatos.
Fomentar el uso de robots en diversos entornos como hoteles, restaurantes, hospitales, supermercados, empresas, espacios públicos, escuelas y hogares chinos mejorará la experiencia individual, el nivel de inteligencia de los servicios comunitarios y la calidad de vida de la nación en la nueva era.