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Vertido japonés de agua radiactiva al océano es un ataque a la confianza y la solidaridad globales, dice premier de Islas Salomón
El primer ministro de las Islas Salomón, Manasseh Sogavare, criticó el viernes la descarga de agua contaminada con sustancias nucleares por parte de Japón al océano, describiéndola como un ataque a la confianza y la solidaridad globales.
Las Islas Salomón apoyan a los isleños del Pacífico con ideas afines y están consternadas por la decisión de Japón de descargar más de un millón de toneladas de las mencionadas aguas contaminadas en el océano, dijo Sogavare en el debate general de la Asamblea General de la ONU.
El informe de evaluación del Organismo Internacional de Energía Atómica no es concluyente y los datos científicos compartidos siguen siendo inadecuados, incompletos y sesgados. Estas preocupaciones fueron ignoradas, señaló.
Si el agua contaminada con sustancias nucleares fuese segura, debería almacenarse en Japón. Por eso, el vertido al océano demuestra que no es segura, afirmó el primer ministro.
"El efecto de este acto es transfronterizo e intergeneracional y constituye un ataque a la confianza y la solidaridad globales. Así que el mensaje es claro: nuestras vidas, nuestros pueblos no importan", indicó.
"Pedimos a Japón que explore otras opciones para abordar las aguas residuales nucleares tratadas y que deje inmediatamente de descargarlas en el Océano Pacífico", dijo. "Si queremos reconstruir la confianza y reavivar la solidaridad global, debemos ser honestos y francos a la hora de proteger nuestros océanos, que son el alma de nuestros pueblos".
Sogavare afirmó que tiene la obligación moral de hablar en contra de la descarga japonesa al océano de agua contaminada con sustancias nucleares procedente de la averiada central nuclear de Fukushima Daiichi.
"Estoy moral y éticamente obligado a hablar en nombre de la humanidad, de los que no tienen voz y de los hijos de nuestros hijos. Somos el océano. Es nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Es la base de nuestra existencia misma, nuestra identidad", espetó.
"Por favor, detengan el vertido de agua tratada nuclearmente o la historia nos juzgará", concluyó.