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China todavía posee herramientas para revitalizar su economía
Una empleada del Banco Comercial Rural de Beijing presenta un dispositivo de banco por video a una visitante durante la Feria Internacional de Comercio de Servicios de China 2023 (CIFTIS, siglas en inglés) en el Parque Shougang de Beijing, la capital de China, el 3 de septiembre de 2023. (Xinhua/Li Xin)
Este año, el sector inmobiliario y los mercados de valores de China han tenido problemas. Asimismo, se verificó de enero a julio un crecimiento negativo en las exportaciones y una serie de índices económicos que aún no cumplen con las expectativas. Por lo tanto, los inversores esperan medidas más fuertes para alentar la expansión económica y revitalizar los bienes raíces y las bolsas de valores.
De hecho, desde principios de este año se ha implementado una serie de medidas para estabilizar el crecimiento económico, aunque sus efectos a largo plazo no han eclosionado aún. ¿Hay otras opciones disponibles en el conjunto de herramientas de política para revitalizar la economía? ¿Se implementarán políticas más contundentes en los últimos cuatro meses del año?
En el transcurso de los últimos 10 años, China ha adoptado con frecuencia políticas anticíclicas de crecimiento económico más lento. Como resultado, no solo cumplió su objetivo de duplicar los ingresos de los hogares para 2020, sino que también transformó con éxito su economía, colocando nuevas energías, vehículos eléctricos y otras industrias emergentes en una posición de liderazgo global.
Pero, dado el aumento de la deuda de los gobiernos locales y un apetito decreciente por la compra de viviendas, cuántas herramientas aún quedan en el baúl?
Antes que nada, es fundamental comprender las distinciones entre el sistema económico de China y el de los países occidentales. El alcance de los activos que el gobierno chino puede controlar es mucho mayor que el de sus homólogos occidentales porque el sistrema chino posee una economía de mercado socialista con la propiedad pública como pilar, mientras que Occidente consiste en economías de mercado con la propiedad privada como estandarte.
Además de ser el propietario de las empresas estatales más grandes del mundo, el Estado controla activos como bienes raíces, minerales, bosques, recursos hídricos y otros, que pueden utilizarse como herramientas. Es decir, además de los instrumentos políticos que los gobiernos occidentales a menudo emplean, China puede recurrir a otros instrumentos que los gobiernos occidentales no tienen a su disposición.
China, a diferencia de otras naciones en desarrollo, representa el 30 por ciento de la producción mundial y tiene un suministro abundante de bienes básicos.
El índice de precios al productor de China, que mide los costos de los bienes en la puerta de la fábrica, sigue registrando un crecimiento negativo en un momento en que Occidente generalmente está experimentando una considerable presión inflacionaria. Esto permite a China mantener la independencia de la política monetaria y le da espacio para recortar las tasas de interés, a pesar de que suben en Occidente.
A muchas personas les preocupa que las caídas de las tasas de interés en China conduzcan a una depreciación del renminbi. Ningún esfuerzo resulta en un ventaja completa y sin perder algo. Hay que elegir la mejor opción, o el menor de dos males, el menos malo. Al final, todas las políticas tienen ventajas y desventajas. Además, cabe señalar que dentro del período enero-agosto, el renminbi ha superado a casi todas las demás monedas de las naciones en desarrollo.
La tasa media de depreciación de las monedas en los países en desarrollo, en relación con el dólar de Estados Unidos en las últimas tres décadas, se ha acercado al 90 por ciento, mientras que el renminbi se ha apreciado. Por lo tanto, dado que una depreciación leve del renminbi también es beneficiosa para las exportaciones y la creación de empleo, no hay necesidad de preocuparse demasiado.
El ratio de apalancamiento macroeconómico de China, a pesar de estar cerca del de la mayoría de los países desarrollados, es manejable. Sin embargo, China tiene un índice de apalancamiento macroeconómico muy bajo, solo alrededor del 21 por ciento, en comparación con Japón y Estados Unidos, que tienen niveles de más del 110 por ciento y alrededor del 250 por ciento, respectivamente. Esto significa que todavía hay mucho espacio para que el gobierno chino aumente su nivel de apalancamiento macro en el futuro.
Los movimientos ascendentes y descendentes de la economía están conformados por una combinación de variables. Estos elementos podrían clasificarse aproximadamente en dos grupos principales: factores estructurales y factores cíclicos.
Por ejemplo, este año se cumple el 45 aniversario del proceso de reforma y apertura de China. Durante este recorrido, la economía de China ha experimentado un crecimiento notable, llegando a convertirse en la segunda economía más grande y el principal fabricante del mundo. Este notable crecimiento es atribuible en gran medida a la reforma y apertura. Pero los factores cíclicos, como los factores demográficos, no deben ignorarse.
De hecho, la desaceleración económica de China comenzó en 2011, y se plantearon por primera vez las preocupaciones demográficas. El pináculo de la tasa de dependencia de la población de China se alcanzó en 1966, y luego comenzó a caer rápidamente a fines de la década de 1970. La reforma y la apertura llegaron justo a tiempo.
El cambio de los factores cíclicos, de una contribución positiva en el pasado a una contribución negativa después de 2011, ha aumentado la presión a la baja de la economía. China adoptó un enfoque impulsado por la inversión para estabilizar el crecimiento. Sin embargo, al mismo tiempo, la cantidad de deuda de los hogares, el gobierno y las empresas ha aumentado.
En general, deberían utilizarse políticas más agregadas para abordar cuestiones cíclicas, mientras que deberían adoptarse políticas estructurales adicionales para resolver problemas fundamentales. Durante el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China se hizo hincapié en que es imperativo aprovechar el papel fundamental del consumo y la inversión gubernamental para impulsar el crecimiento económico.
La ampliación de la inversión en infraestructura y bienes raíces son herramientas de política agregadas comúnmente utilizadas, ya que ayudan a estabilizar el crecimiento y a menudo producen beneficios inmediatos. Las iniciativas de reforma en favor del consumo, como la mejora de la estructura de la distribución del ingreso, se utilizan relativamente menos, ya que actúan más lentamente.
Por lo tanto, la pregunta que debe considerarse es si las políticas pueden revertir las tendencias actuales. El informe del XX Congreso Nacional del PCCh reafirmó la necesidad de un desarrollo económico de alta calidad, que a cambio exige políticas económicas más eficientes y efectivas.
Por ejemplo, el desarrollo de industrias conexas y la estabilización del crecimiento pueden facilitarse mediante la construcción de ferrocarriles de alta velocidad, autopistas y sistemas de tránsito ferroviario urbano. Sin embargo, al mismo tiempo, estos proyectos enfrentan la presión de la caída de los rendimientos de la inversión y el aumento de la carga de deuda de los participantes gubernamentales.
Por lo tanto, las inversiones tradicionales en infraestructura, que en el pasado pueden haberse utilizado para estimular la economía, deben utilizarse con más cautela. Además, no se está construyendo suficiente "nueva infraestructura" para apoyar un crecimiento constante.
En la Conferencia Central de Trabajo Económico anual, celebrada en diciembre pasado, se destacó que los esfuerzos para restablecer y expandir el consumo deberían ocupar un lugar destacado en las agendas de trabajo del gobierno. También se señaló que la actual recesión económica está relacionada con problemas estructurales debido al modelo de crecimiento económico impulsado por la inversión y las exportaciones, así como problemas cíclicos de insuficiencia en la demanda.
Sin embargo, fomentar el consumo consiste básicamente en aumentar los ingresos de los hogares o disminuir las cargas sobre el sector residencial en términos de pagos de deudas, costos de cuidado de ancianos o inversión educativa. Recientemente, el Banco Central implementó un plan para reducir las tasas de interés de los préstamos hipotecarios, lo que aliviará algunas cargas de la deuda de los hogares.
Por lo tanto, asumir que el sector inmobiliario residencial continuará elevando sus niveles de apalancamiento en el futuro no es realista.
Entre las posibles iniciativas figuran, en primer lugar, el aumento de los ingresos entre los grupos de ingresos medios y bajos mediante la reforma continua del sistema de distribución de los ingresos y, en segundo lugar, la canalización de los subsidios de ingresos a los grupos de desempleados y de ingresos más bajos, mediante enfoques específicos.
En resumen, las medidas de política para abordar cuestiones cíclicas se basan principalmente en instrumentos agregados y solo pueden tener un efecto moderador. Es decir, solo aplanan la curva en lugar de invertir la tendencia. Sin embargo, las reformas, en particular las que equilibran los intereses del gobierno, las empresas y los hogares, son el principal medio para resolver los problemas estructurales.
Además, el mercado de capitales se ha estabilizado últimamente, y la confianza de los inversores ha aumentado a medida que varios ministerios y comisiones nacionales presentaron el mes pasado diversas iniciativas, incluida la reducción de las tasas de interés, la reducción de los derechos de timbre, el recorte de las comisiones de transacción y gestión de fondos, y el fomento de la entrada de capital en el mercado, a mediano y largo plazo.
Aunque estas medidas tienen el potencial de alentar a los inversores a comprar acciones, este efecto es relativamente indirecto. Por lo tanto, puede valer la pena pensar en crear un fondo de estabilización del mercado de capitales, que puede actuar como un ancla del mercado durante períodos de pánico extremo o colapsos irracionales del mercado, y también sería útil para dirigir el mercado hacia inversiones de valor.
El autor es economista jefe de Zhongtai Securities.
(Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las posiciones del Diario del Pueblo digital).