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China sigue siendo un país en desarrollo

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 06 de junio de 2023 | 13:35

(Foto de Chinadaily)

(Foto de Chinadaily)

Por Shang Fuxuan

La Cámara de Representantes de los Estados Unidos acaba de aprobar una instrucción que afirma que "República Popular China no es un país en desarrollo". La decisión unánime requiere que el Departamento de Estado de Estados Unidos cambie el estatus de China dentro de las organizaciones internacionales en las que Estados Unidos participa o forma parte, y modifique su estatus a "país desarrollado".

Entonces, ¿es China un país desarrollado?

La respuesta depende de los criterios utilizados para describir un país desarrollado.

A pesar de los importantes logros en la modernización -el PIB del país es solo superado por el de Estados Unidos- China todavía tiene un largo camino por recorrer antes de convertirse en un "país desarrollado".

Aunque China ha hecho grandes progresos económicos, su desarrollo es desigual. En términos de áreas urbanas y rurales, el ingreso disponible per cápita de los residentes urbanos en 2022 fue de más de 49,000 yuanes (6,925 dólares), y el de los residentes rurales fue de poco más de 20,000 yuanes, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas. En términos de grupos, el ingreso disponible per cápita del 20 por ciento superior de los hogares chinos fue de más de 7.000 yuanes mensuales, mientras que el 20 por ciento más bajo fue de menos de 700 yuanes mensuales.

Estas cifras muestran, siguiendo las normas internacionales, que China sigue siendo un “país en desarrollo”.

Actualmente no existe una definición internacional unificada para la clasificación de los países en desarrollo y desarrollados. Diferentes organizaciones internacionales utilizan diversos estándares. Por ejemplo, la ONU utiliza la región geográfica como estándar. El FMI tiene en cuenta el PIB calculado, utilizando el método de paridad del poder adquisitivo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo utiliza el Índice de Desarrollo Humano. De acuerdo con cualquiera de las normas, China clasifica como un “país en desarrollo”.

De acuerdo al estándar de la ONU, aparte de Japón, Canadá, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y las naciones europeas, todos los demás son países en desarrollo. En 2021, el ingreso nacional bruto per cápita de China ocupó el puesto 68 en el mundo y el 79 en el Índice de Desarrollo Humano, similar al de otros importantes países en desarrollo.

En 2022, el PIB per cápita de China fue de 12,741 dólares, una quinta parte del que exihiben las economías desarrolladas y apenas una sexta parte del que posee Estados Unidos. En términos económicos y sociales, la esperanza de vida media en China es de 78,2 años (2021), en comparación con 80,2 años en los países de altos ingresos. La penetración de Internet en China es del 70 por ciento, en comparación con el 89 por ciento en los países de altos ingresos. Asimismo, la tasa de matrícula universitaria de China es del 58 por ciento, en comparación con el 80 por ciento en los países de altos ingresos; La exportación per cápita de propiedad intelectual de China es de apenas 8 dólares, en comparación con los 336 dólares para los países de altos ingresos. Estos y otros datos demuestran que es técnicamente no es posible afirmar que China es un país desarrollado.

Esa es la razón por la que China ha sido reconocida como país en desarrollo en acuerdos y tratados internacionales, como la OMC, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, siendo aceptado por la mayoría de los miembros de la comunidad internacional.

China nunca ha utilizado su condición de país en desarrollo para aventajar o evadir las responsabilidades internacionales. Del 2013 al 2021, por ejemplo, la contribución promedio de China al crecimiento económico mundial fue del 38,6 por ciento, más alta que la de los países del G7 combinados. China fue el primer país en alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU. De esta manera, ha contribuido con más del 70 por ciento a la reducción de la pobreza mundial. Asimismo, la nación es ahora el segundo mayor contribuyente a las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU. Y en la OMC, las cláusulas reales de trato especial y diferenciado de que goza China son muy inferiores al nivel medio de otros países en desarrollo.

Es obvio que la condición de país en desarrollo de China es universalmente reconocida.

Entonces, ¿por qué la Cámara de Representantes de Estados Unidos insiste en cambiar el estatus de China?

Esto se debe a que implica una serie de complejos factores políticos y económicos internacionales, implicando los derechos e intereses colectivos de los países emergentes y las responsabilidades históricas de Estados Unidos y los países desarrollados de Occidente. Este asunto debería ser resuelto con la participación de todas las partes, en lugar de ser juzgado unilateralmente.

En los últimos años, en un intento de relegar el trato preferencial que actualmente se otorga a los países en desarrollo de "cláusulas de excepción" permanentes a temporales, Estados Unidos ha exagerado la cuestión de la condición de países en desarrollo y desarrollados, cambiando el método anterior de división binaria de países desarrollados y países en desarrollo y proponiendo un método tripartito para dividir a los países en desarrollo en diferentes grupos de nivel de ingresos.

Además de China, algunos otros países como Brasil, India, Turquía y República de Corea también han enfrentado o enfrentan desafíos similares en la condición de país en desarrollo. Ahora Estados Unidos está tratando de separar a China de las filas de los países en desarrollo, y no se detendrá aquí porque su objetivo final es cancelar los derechos e intereses colectivos de los países emergentes.

A juzgar por la historia, la elaboración de normas multilaterales internacionales debe llevarse a cabo retroactivamente. Los países desarrollados, encabezados por Estados Unidos, tienen una responsabilidad ineludible ante la pobreza, la guerra, la contaminación y el malestar social que sufren muchos países. Es su responsabilidad proporcionar compensación a los países en desarrollo, en lugar de excluirlos del grupo para evitar asumir responsabilidades. Tales actos de politizar y polarizar el desarrollo del mundo de hoy no harán más que daño. Esa actitud va en contra de los intereses generales de los países en desarrollo y socava el consenso sobre la cooperación internacional y el desarrollo, lo que a su vez también afecta los intereses de los países desarrollados.

El acto de abolir el estatus de país en desarrollo de China responde a los mezquinos intereses de Estados Unidos. De tal manera, presupone los llamados estándares occidentales de modernización y niega el estatus de país en desarrollo a través de medios legislativos internos, lo que es esencialmente una especie de hegemonía del discurso, obligando a otros países a recortar sus propios pasos para ajustarse a los estándares de Estados Unidos.

El autor es investigador asociado en el Centro de Estudios Mundiales Contemporáneos de China.

(Las opiniones expresadas en este artículo son del escritor y no necesariamente reflejan las posturas de Diario del Pueblo digital)

(Web editor: Zhao Jian, 周雨)