Trabajadores de China y Myanmar laboran en una fábrica en el parque industrial de Ruili, que ha mantenido la producción en los últimos tres años. (Foto: Fan Wei/GT)
Por Hu Yuwei y Li Qiaoyi
El puesto de control de Muse-Ruili, un cruce fronterizo entre China y Myanmar crucial para el comercio, y que también se encuentra entre los más activos del sur de Asia, reabrió parcialmente recientemente, después de un cierre provocado por COVID-19 durante casi tres años desde finales de marzo de 2020.
A medida que más trabajadores migrantes transfronterizos de Myanmar han podido regresar a China, el ajetreo y el bullicio preepidémicos también vuelven a la ciudad fronteriza de Ruili, en la provincia de Yunnan. Hubo una emoción palpable que condujo a la reapertura de las fronteras, ya que las personas de ambos lados miraron a través del alambre de púas hacia el lado opuesto. En las ciudades donde el flujo migratorio se había reducido a un goteo en los últimos tres años, ahora se está presenciando un flujo constante que impulsan aún más a las economías locales.
Una situación similar se está presenciando en la ciudad fronteriza china de Hekou, a 1.000 kilómetros de distancia, también en Yunnan, que conecta China y Vietnam. Al igual que Ruili, el puerto de Hekou vio una afluencia de trabajadores migrantes y empresarios entrantes de Vietnam en el primer día de su reapertura el 8 de enero.
Algunos trabajadores fueron acompañados por sus hijos y sus pertenencias a cuestas, mientras que otros corrieron al puesto de control del puerto para renovar sus credenciales, en un momento lleno de alegría y esperanza.
En los últimos tres años, los cierres de fronteras y la suspensión del comercio han afectado la capacidad de los trabajadores migrantes para ganarse la vida y han reducido drásticamente los cruces fronterizos, causando gran incertidumbre y frustración.
Pero la pandemia no rompió los lazos de los trabajadores migrantes ni disuadió su deseo de regresar a China.
A diferencia de los que regresaron, algunos trabajadores transfronterizos estaban decididos a no abandonar China durante la pandemia, y estaban en China mientras el país libraba una valiente lucha contra la epidemia de COVID-19, ofreciendo voluntariamente sus servicios durante los cierres en diferentes momentos.
Se espera que los trabajadores transfronterizos que regresan hagan contribuciones cruciales a la recuperación económica de las ciudades fronterizas al tiempo que ven beneficios en sus propias vidas.
Quédate con una atracción sólida
Zin Myo Thu, un popular livestreamer de la industria del jade de Myanmar, es uno de los que se quedó en Ruili, después de no atender las llamadas de su madre para regresar a Myanmar durante los frecuentes cierres de COVID-19 en Ruili.
Aunque parece inconfundiblemente de Myanmar, habla chino con fluidez y sin acento extranjero.
Zin Myo Thu fue uno de los pioneros de la transmisión en vivo en las ventas de joyas y jade en Ruili, y también el primer livestreamer extranjero en el mercado local del jade. Durante sus dos años como livestreamer, su transmisión generalmente ha atraído un promedio de más de 100,000 visitas en vivo con una facturación de hasta el 70 por ciento.
Según informes de los medios de comunicación en noviembre de 2020, el número de ciudadanos de Myanmar que hacen negocios y trabajan en Ruili durante todo el año alcanzó los 100.000 en su punto máximo. Los nacionales de Myanmar constituyen el mayor flujo de tráfico transfronterizo de personas en el puerto de Ruili. En la primera mitad de 2019, según los datos oficiales del gobierno de Ruili, el 91,35 por ciento de los cruces entrantes y salientes en el puerto de Ruili eran nacionales de Myanmar. Un gran número de ellos se dedican a negocios relacionados con la joyería y el jade.
La mayoría de estas personas regresaron a Myanmar cuando las ferias comerciales de jade se deprimieron debido a la suspensión de las importaciones de jade de Myanmar.
Pero algunos optaron por quedarse en China, por una afinidad personal con el país después de haberse adaptado a la vida aquí, junto con una esperanza duradera de un rápido restablecimiento de la situación causada por la pandemia.
Zin Myo Thu, de 33 años, considera a Ruili como su segunda ciudad, ya que ha pasado más de la mitad de su vida en China. Ahora tiene una familia en Ruili.
Zin Myo Thu destacó que Ruili le ofrece el privilegio de ganar un salario competitivo, que es la envidia de muchos de sus compatriotas de Myanmar. También le permite ser un mentor que alienta a muchos de sus compatriotas de Myanmar a venir a China en busca de mejores oportunidades.
El rápido desarrollo de China se está volviendo claramente más atractivo para los jóvenes en Myanmar. Hay más empleos y mejores salarios en Ruili que en algunas ciudades de Myanmar. Para muchos jóvenes, Ruili es más fácil porque aquí viven muchos compatriotas ", precisó Zin Myo Thu.
Desde finales de mayo del 2020, el gobierno chino proporcionó a los ciudadanos de Myanmar que trabajan en China la tarjeta Paukphow, que les permite realizar pruebas gratuitas de ácido nucleico, visitar lugares turísticos y alquilar casas.
Los titulares de la tarjeta Paukphaw trabajan principalmente en las industrias de procesamiento y servicios en Ruili, o dirigen tiendas de jade y participan en el comercio mayorista. Muchos de ellos se han establecido en la ciudad.
Hoy en día, Ruili está abierto a visitantes de todo el mundo. Zin Myo Thu considera que Ruili ha visto un obvio aumento en el tráfico después del reajuste de las medidas de control de COVID-19, y cree que la reapertura provocará un auge explosivo en el mercado del jade.
En el parque industrial de Ruili, un gran número de trabajadores transfronterizos de Myanmar que permanecieron en China durante los últimos tres años mantuvieron operaciones y servicios normales.
Regrese con gran confianza
Para los trabajadores transfronterizos que se fueron temporalmente, regresar era un anhelo retrasado durante tres años. Ellos esperan un repunte en la economía en las ciudades reabiertas y un mercado laboral en alza.
Nguyen Thuy Anh, de 32 años, nacida en Vietnam, se graduó de una universidad en Vietnam después de especializarse en idioma y educación chinos. Ella es la directora de recursos humanos de Huike Corporation (HKC), ubicada en la Zona de Cooperación Económica Transfronteriza China-Vietnam (Lao Cai). Después de renunciar a su empleo en una escuela de la ciudad fronteriza Lao Cai, actualmente está a cargo del reclutamiento y la capacitación lingüística y cultural de los empleados vietnamitas.
A través de un enlace de video, manifestó que muchos trabajadores vietnamitas que conoce le preguntan constantemente sobre la reapertura de la frontera y si las empresas están volviendo a contratar empleados.
"Para muchos jóvenes vietnamitas que están cerca de la frontera, Hekou es un destino ideal para trabajar, con salarios estables y proximidad. Los proyectos de cooperación entre los dos países también ofrecen muchas oportunidades seguras", destacó Nguyen Thuy Anh.
En 2017, para proteger aún más los derechos e intereses legítimos de los trabajadores extranjeros, el gobierno local de Hekou estableció un centro de gestión y servicios para trabajadores extranjeros, que proporciona servicios convenientes de "ventanilla única" que incluyen exámenes médicos, procesamiento y emisión de permisos de residencia, certificación de registro de empleo y capacitación y traducción vocacionales.
"En algunas aldeas vietnamitas cercanas a la frontera, el ingreso mensual de una familia ronda los 150 yuanes. Mientras tanto, los trabajadores transfronterizos que trabajan en Hekou pueden ganar entre 2.000 y 3.000 yuanes al mes, suma que representa un gran impulsor para las familias empobrecidas", enumeró Nguyen Thuy Anh.
"Estoy orgullosa de ayudar a más trabajadores vietnamitas a venir a Hekou en busca de ingresos estables. He tenido aldeanos que me traen huevos y aves de corral para agradecerme por encontrar una manera confiable para que se ganen la vida. La oportunidad de aprender habilidades e idioma chino también abre canales de empleo para ellos", añadió.
Nguyen Thuy Anh asegura que apenas le toma unos 30 minutos llegar a su trabajo en China desde su casa en Lao Cai, un viaje mucho más corto del que hacen muchos jóvenes que trabajan en las ciudades de primer nivel de China.
Ella espera con interés los trenes o autobuses transfronterizos entre Hekou y Lao Cai y cree que un mejor transporte estimulará una nueva ola de movilidad transfronteriza.
(Web editor: 周雨, Zhao Jian)
