Por Edna Alcántara
MEXICO, 7 may (Xinhua) -- Los gobiernos de México y Estados Unidos se comprometieron hoy viernes a trabajar sobre un nuevo plan para atender de raíz las causas de la migración, como un interés mutuo para frenar el éxodo masivo de miles de indocumentados de El Salvador, Guatemala y Honduras, aseguran expertos en la relación bilateral.
El compromiso adquirido se abre en el marco de un encuentro virtual realizado este día por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y se fijó la promesa de crear una ruta de trabajo para establecer de manera conjunta un plan migratorio, lo que para analistas consultados por Xinhua, abre "un nuevo canal de comunicación".
Para el académico e internacionalista mexicano, Ignacio Martínez, ni a México ni a Estados Unidos "les conviene que crezca la migración en ambas fronteras'', de ahí que "se busca una ruta de trabajo para establecer un plan migratorio que además permita el desarrollo sustentable de Centroamérica".
Pese a ello, aclaró, este inicio no será "todo será miel sobre hojuelas", ya que habrá discrepancias, pues cada país buscará atender sus propios intereses.
El gobierno estadounidense se dice convencido de que la unión con México puede llevar esperanza para el Triángulo Norte de Centroamérica, integrado por El Salvador, Guatemala y Honduras, y, con base en las declaraciones hechas este día por Harris, se tiene toda la disposición de luchar contra la violencia, la corrupción y la impunidad para atender de fondo las causas que generan la migración.
Ambos países tienen una frontera común de más de 3.000 kilómetros, y enfrentan el flujo masivo migratorio, principalmente de centroamericanos empujados por la falta de oportunidades e inseguridad en sus países.
Sin embargo, la migración se ha ido incrementando recientemente por los estragos causados por la pandemia del nuevo coronavirus en la región y una errónea creencia de los migrantes de que el nuevo gobierno estadounidense abriría las puertas, aseveró el académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de México, Juan Carlos Barrón.
"La relación es muy compleja pero también hay muchos puntos en común para trabajar en esta nueva cooperación, que debe llevarse de una manera creativa y diferente", destacó por separado el catedrático.
Para ambos especialistas el encuentro entre López Obrador y Harris, si bien ha generado grandes expectativas, la agenda se irá desarrollando a corto y mediano plazo, y ambos países defenderán sus propuestas y sus propios intereses.
México y Estados Unidos coincidieron en que, con miras a la próxima visita presencial de Harris a México en junio próximo, trabajarán sobre acuerdos concretos para un nuevo mecanismo de cooperación migratorio, que incluye la propuesta de financiamiento al programa "Sembrando Vida" en Centroamérica, un proyecto impulsado por el gobierno mexicano.
El presidente López Obrador propone a su similar estadounidense implementar el programa mexicano "Sembrando Vida" en Guatemala, Honduras y El Salvador, como una vía para contener los flujos migratorios.
El programa mexicano, ya implementado en el sur de México, consiste en sembrar hectáreas de árboles frutales y maderables, para generar empleos y mejorar el medio ambiente, y para extenderlo a países de Centroamérica con financiamiento estadounidense, además de ofrecer visas de trabajo temporales y eventualmente la nacionalidad a quienes participen en ese programa.
De acuerdo con los expertos consultados, Estados Unidos necesita hacer a un lado las divisiones políticas y aprobar una reforma migratoria prevista para el año 2024, con el objetivo de resolver el problema migratorio sin criminalizar al migrante y ampliando las visas de trabajo.
Las relaciones entre México y Estados Unidos se mantienen en espera de un respiro de cuatro años tensos, desde el inicio de la era del republicano Donald Trump, quien con reacciones xenofóbicas contra migrantes mexicanos, presionó a su país vecino del sur en más de una ocasión para frenar la migración, lo que además aumentó el peligro y riesgo de los migrantes, incluyendo a menores de edad.
El pasado 12 de abril, Estados Unidos dio a conocer que llegó a acuerdos con México, Honduras y Guatemala a fin de que se movilice a miles de militares y policías en sus fronteras para frenar la migración irregular hacia territorio estadounidense, que alcanzó récords en marzo, especialmente de menores no acompañados.
La medida evitará que los traficantes de personas y los cárteles de la droga se aprovechen de la situación, así como también protegerá a los menores que viajan solos, además de hacer más difícil el viaje a los migrantes y evitar su cruce fronterizo en el sur de México y en su frontera común con Estados Unidos.
A los ojos de los expertos, a pesar de acabarse la era de Trump, junto con un muro de concreto en la frontera común, la política nacional de Estados Unidos se mantiene en la construcción de un muro imaginario para evitar la entrada de migrantes mexicanos y centroamericanos, además de que se mantendrá la discusión de la agenda en aspectos de seguridad y narcotráfico.
(Web editor: 吴思萱, 赵健)