El profesor jubilado Zhou Xiufang, de 72 años, en los últimos cinco años no ha escatimado esfuerzos en recaudar fondos para construir 30 escuelas primarias en las zonas afectadas por la pobreza de las provincias de Hunan y Guizhou. [Foto: CCTV]
Por Ma Zhenhuan
Guizhou, 24/12/2020 (El Pueblo en Línea) -La profesora jubilada Zhou Xiufang, de 72 años, en los últimos cinco años no ha escatimado esfuerzos en recaudar fondos para construir 30 escuelas primarias en las zonas afectadas por la pobreza de las provincias de Hunan y Guizhou.
En 2014, Zhou, nacido en Ningbo, provincia de Zhejiang, acababa de retirarse y se enteró de que una escuela en el condado Huishui, de Guizhou, estaba reclutando maestros. Inmediatamente solicitó un puesto y fue aceptada.
Debido a sus vivencias, Zhou ansiaba ayudar a los niños de familias empobrecidas a recibir una buena educación.
"Mi familia era pobre", recuerda. "Uno de mis maestros me ayudó y pagó mis cuotas de educación, gracias a ese gesto no abandoné la escuela. Fui una niña afortunada que pudo continuar sus estudios".
La idea de recaudar fondos llegó a Zhou en marzo del 2015 cuando se ofreció como voluntaria para enseñar en una escuela primaria de la aldea Tonglin, en Xupu, Hunan.
Ella quedó sorprendida al constatar que las instalaciones de la escuela consistían en tres casas de barro sin ventanas de cristal, acueducto o electricidad. Una docena de niños estudiaban hacinados durante el invierno en un pequeña aula con sólo tres pequeños calefactores eléctricos.
Para comenzar a recaudar fondos, Zhou publicó un reporte sobre el estado ruinoso de la escuela, que fue leído por uno de sus antiguos estudiantes, Zhang Gang, que fue a visitar la escuela y se conmovió con la difícil situación. Zhang donó más de 300.000 renminbi (45.800 dólares). De esta manera, la Escuela Primaria Hongsheng Proyecto Esperanza, bautizada así por la empresa de Zhang, fue reconstruida y terminada en julio del 2015.
El Proyecto Esperanza está respaldado por las autoridades centrales y tiene la misión de mejorar la infraestructura educativa y reducir las tasas de deserción estudiantil en las zonas empobrecidas.
Alentado por Zhou, muchas más personas han ofrecido donaciones para ayudar a construir escuelas en todo el condado.
"La construcción de las escuelas primarias del Proyecto Esperanza en las zonas rurales de nuestro condado está ahora bien encaminada. Se le debe mucho a la maestra Zhou", afirmó Yan Anmin, jefe de la oficina de educación de Xupu.
Zhou también se ha dedicado a tratar de resolver la escasez de maestros en el condado, presionando a las autoridades de educación para que contraten maestros más calificados. También ha facilitado la cooperación entre la oficina de educación del condado y el distrito de Yinzhou, en Ningbo, para el intercambio de estudiantes y profesores.
Su trabajo ha sido apoyado por organizaciones benéficas de Ningbo y Zhejiang. El Fondo de Educación Popular del distrito de Yinzhou, en Ningbo, lanzó un fondo especial para Zhou y le asignó 2,5 millones de renminbi ($381.785 de dólares) como capital inicial.
Hasta la fecha, Zhou ha ayudado a construir 30 escuelas primarias, y más de 400 niños pobres han recibido o están recibiendo una educación apoyada por fondos y donaciones que cifran en total los 35 millones de renminbi.
Zhou también ha utilizado su pensión mensual de 7.000 renminbi para ayudar a los estudiantes pobres y a sus familias.
Uno de sus estudiantes, Zhang Zige, tuvo dificultades para aprender debido a problemas oculares. Su empobrecida familia dependía de los abuelos del hogar para recibir apoyo financiero. Entendiendo su difícil situación, Zhou les entregó 5.000 renminbi y llevó a Zhang a ver a un oftalmólogo.
Zhou vive una vida frugal. A menudo se alimenta de arroz y pepinillos. Ella padece artritis reumatoide. Su cirujano le ha insistido en que necesita cirugía de reemplazo de rodilla, de lo contrario correrá el riesgo de pasar el resto de su vida en una silla de ruedas. Sin embargo, al conocer que la operación cuesta 60.000 renminbi, la rechazó inmediatamente.
"Es demasiado costosa para mí", afirmó.
A pesar del pronóstico sombrío que se cierne sobre su artritis reumatoide, Zhou considera que está mejorando.
"No me duele tanto cuando camino ni he tenido que comprarme una silla de ruedas. Incluso ya me he librado de mi bastón", aseguró con una resplandeciente sonrisa. "Mientras mis rodillas me lo permitan, seguiré adelante."
(Web editor: 周雨, 赵健)