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ESPECIAL: Guardián de osos de anteojos colombianos en tiempos de COVID-19

Xinhua  2020:05:18.08:12

Por César Mariño García

GUASCA, Colombia, 17 may (Xinhua) -- En las inmediaciones del municipio colombiano de Guasca, a unas tres horas de la ciudad de Bogota, en las estribaciones del Parque Nacional Chingaza, se ubica un particular santuario donde habitan nueve osos de anteojos, especie emblemática de los andes colombianos y cuya subsistencia es afectada por la pandemia de COVID-19.

La llegada al país sudamericano del nuevo coronavirus ha afectado también los recursos para el sustento de los osos de anteojos.

"Muchos de nuestros recursos para esta labor depende de organizaciones privadas como el parque Jaime Duque, cuyos ingresos dependen de la afluencia de público", expresó a Xinhua el ambientalista Orlando Feliciano.

Víctimas del tráfico ilegal de especies, los nueve especímenes han sido rescatados por Feliciano, un veterinario colombiano de 52 años de edad.

Feliciano trabaja desde hace 26 años en la conservación de esta especie animal, considerada de vital importancia para el equilibrio del ecosistema de los bosques de niebla andinos, donde actúa como diseminador de semillas, con lo que contribuye a mantener la flora autóctona de la región.

En un espacio de 65 hectáreas y con la colaboración de dos personas, el veterinario alimenta todos los días a los osos, los cuales no reciben visitas para no propiciar su apego con los humanos por la interacción y conservar así todas sus capacidades de subsistencia una vez que sean liberados.

"El parque se encuentra en una situación muy delicada, básicamente por la falta de recursos para mantener a las 600 personas que trabajan allí y poder seguir cumpliendo su función", contó Feliciano.

"Otros recursos para nosotros venían de empresas privadas dedicadas a la realización de eventos, que tuvieron que parar sus actividades (...) durante este tiempo y lo que dure la recuperación de la post pandemia", agregó.

La dieta de un oso de anteojos consta de alrededor de 12 ingredientes, principalmente frutas como melón, pera y bananas, entre otras.

Los osos del refugio requieren cada semana de una tonelada y media de fruta, dotación que también ha resultado afectada por la baja en la producción y la comercialización a consecuencia de la pandemia.

"Nosotros traemos la comida de Corabastos, que es una central de abastecimiento muy grande de Bogotá, y en este momento presenta un brote muy importante de contagio y se ha convertido en un factor de riesgo muy grande para nosotros en términos de salud", dijo el veterinario.

El entrevistado agregó que ello los pone "en una situación compleja para ver de dónde vamos a sacar el alimento, para que a los osos y los demás animales que tenemos en proceso de rehabilitación no les falte el alimento".

En el santuario de osos habitan otras especies rescatadas del tráfico animal, las cuales han sido incautadas por las autoridades ambientales del país sudamericano.

Búhos, venados, felinos, zorros y aves rapaces diurnas como águilas de páramo, habitan en diferentes lugares acondicionados dentro del santuario natural, especímenes que dependen también de esta labor ambientalista.

El entrevistado ha desempeñado su profesión desde hace 32 años, muchos de los cuales ha dedicado también a la conservación del cóndor de los Andes.

El ambientalista considera necesario mejorar la relación de los humanos con las especies silvestres, así como la importancia de conservar un equilibrio y evitar la afectación de virus en la sociedad.

"Desde la parte médica veterinaria vemos que la pandemia puede ser una de las respuestas globales ante la alteración que ha tenido el planeta durante milenios", dijo.

"Siempre hemos convivido con los mismos virus y las mismas bacterias. No son cosas nuevas que aparezcan de la nada. Cuando hacemos intervenciones como las talas de bosques, acabamos con las especies que son sus hospederos naturales y encuentran en el humano una especie para reproducirse", afirmó.

Advirtió por ello que es la especie humana la que está en un latente peligro de extinción debido al desequilibrio, "porque siempre hemos tenido una relación de uso y abuso de la naturaleza".

"La invitación es a que logremos una relación más equilibrada. El hecho de ser los seres racionales de este sistema, no significa que seamos quienes mandamos sobre las demás especies", completó.

"Hacemos parte de una misma cadena y si nos salimos de esos parámetros, seguiremos viéndonos afectados y quizá muy cerca a procesos de extinción", comentó.

Para conseguir las frutas que diariamente consumen los osos, así como el alimento de las demás especies, Feliciano y los integrantes del Santuario del Oso de Anteojos han diseñado una estrategia de intercambio de objetos de recuerdo referentes a esta especie animal a través de su sitio electrónico www.santuarioosodeanteojos.org.

(Web editor: 吴思萱, Rosa Liu)

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