Por Zhou Yu y Yasef Ananda
Beijing, 23/12/2019 (El Pueblo en Línea) - Para el profesor, investigador y economista argentino Gustavo Girado, ningún tema que implique a China le resulta ajeno. Su gran interés por el gigante asiático, que se remonta a los años setenta, hoy se mantiene vigente y en plena ebullición. La prueba más elocuentes está en su libro “¿Cómo lo hicieron los chinos? Algunas de las causas del gran desarrollo del gigante asiático”, editado en 2017 y declarado “de interés” por la Cámara de Diputados de Argentina, y el volúmen compilatorio “China y Argentina. Cooperación e intercambio en la nueva era de la Reforma China”, donde figura como co-editor junto a Liu Xuedong y Fen Chun.
Frecuente expositor y panelista en congresos internacionales, Girado se encuentra otra vez de visita en Beijing, donde gustoso accedió a dialogar con Pueblo en Línea.
Al referirse a la actual situación argentina, el profesor Girado subrayó que la economía ha sufrido una depreciación de su moneda de aproximadamente 400 por ciento, con lo cual ha aumentado la pobreza en un 40 por ciento.
“Argentina se ha convertido en el país que más deuda tiene con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, el 10 de diciembre del 2015 no se le debía un dólar al FMI. Entonces, Argentina en las próximas semanas va a reprogramar de forma acordada con los acreedores los vencimientos de la deuda. Se supone que eso va a liberar una enorme cantidad de dinero para poner en el bolsillo de los argentinos”, destacó el también director de postgrados en estudios sobre China contemporánea de la Universidad Nacional de Lanús.
Entre las nuevas iniciativas anunciadas por el flamante gobierno de Alberto Fernández se destaca la propuesta de Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, posible primer antídoto a la crisis que atraviesa el país sudamericano.
“Esa es la síntesis de lo que se hará en lo inmediato: darle dinámica a la demanda agregada, alentando el consumo privado. De esta manera, la demanda se traducirá en un círculo virtuoso keynesiano. Además, el Estado volverá a darle impulso a la inversión pública para recomponer gran parte de la capacidad productiva del país”, enfatizó a Pueblo en Línea.
A juicio de Girado, “ahora existe una oportunidad histórica para mantener con China una relación de no iguales –porque claramente China es mucho más importante y grande que Argentina- pero sí con vectores que se alineen políticamente en instancias multilaterales como la OMC, el G20, el G7, y China pueda ser el vocero de las economías en vías en desarrollo, donde Argentina es parte integrante”.
“El gobierno de Alberto Fernández va a llevar adelante un delicado equilibrio, para no pelearse con nadie, porque el FMI es el brazo financiero de la administración norteamericana y Argentina ya ha padecido las férreas consecuencias de haber tenido políticas propias”, auguró el autor del libro “¿Cómo lo hicieron los chinos?
Repasando la trayectoria de las relaciones bilaterales, Girado recordó que hasta los años noventa, China y Argentina tenían relaciones diplomática, pero un escaso comercio. En aquel entonces “China competía con Argentina con granos de soja y petróleo crudo”.
“Exportábamos lo mismo. En la medida que China creció y convirtió ese crecimiento en desarrollo, comenzó a ser la gran “aspiradora” de productos de la canasta clásica de exportaciones argentinas. No hay ninguna oferta que sea tan complementaria para China como la oferta argentina. Por eso, en la medida que China crece, demanda más los productos que Argentina produce, como muchas de las economías latinoamericanas, y vende de forma muy competitiva. La relación ahora es de un nivel estratégico integral y muy promisoria”.
Precisamente durante la XIII Cumbre Empresarial China-LAC (América Latina y el Caribe), que sesionó del 9 al 11 de este mes en el Centro de Convenciones Atlapa de la capital panameña y contó con la participación de más de 2.000 representantes de los sectores público y privado del país asiático y de las naciones de la región, se alentó la creación de alianzas que permitan que China apoye con más impacto el desarrollo de América Latina y el Caribe desde un crecimiento industrial más enfocado en el valor agregado, y con nuevas inversiones en infraestructura que ayuden a reducir tiempos y costos logísticos.
“Siempre sale a la luz que si profundizamos una relación comercial, lo único que podría hacer Argentina es profundizar su grado de dependencia de los productos primarios. Eso es algo que nosotros no vemos conveniente porque Argentina, que exporta productos satelitales y energía nuclear, aún tiene un cierto grado de sofisticación. De hecho, Argentina fue una economía mucho más sofisticada hace cincuenta años. Debido a esto hay resabios, restos de capacidades en sus recursos humanos y en su desarrollo intelectual. Creo que hay que aprovechar esas diferenciales. Allí hay una oportunidad para que China aprenda a tratar a los mercados latinoamericanos donde tiene muchas dificultades por su falta de experiencia con los regímenes laborables, por citar un ejemplo. Ese problema ha echado por tierra muchos proyectos chinos”, reconoce Girado.
Al identificar a vuelo de pájaro los posibles nuevos mecanismos, Girado destacó la pertinencia de una gerencia latinoamericana en los emprendimientos chinos en la región, la generación de más capacidades de producción conjunta y empresas de capital mixto, el financiamiento indirecto a través del SWAP y la ayuda bancaria china para aliviar la carga de la deuda externa.
“Sería interesante que con gestión de argentinos se establezcan capitales chinos en el país para desarrollar muchos campos que China requiere. Con producciones hechas con sus capitales, China podría exportar hacia su propio país, obtener lo que quiere y mantener la propiedad del capital. Pero paga impuestos en Argentina, se establece en nuestro territorio, ofrece trabajo y genera desarrollo”.
Una de los novedosos enfoques es permitir que la ampliación del SWAP (intercambio de monedas) se conciba como un financiamiento indirecto efectivo.
“Puede ser una veta por la cual la legislación argentina considera que los préstamos de intercambio puedan ser considerados reservas. En ese sentido, es una opción importante de financiamiento indirecto para que China pueda ayudar a las finanzas argentinas”, indicó el economista y sinólogo argentino.
“También los bancos chinos se pueden hacer presentes en el alivio de la carga de la deuda, dando lo mismo pero ofreciendo mejores condiciones. No estamos hablando de Carmelitas Descalzos, no serán necesariamente blandos, pero cualquier cosa será mejor que los condicionados préstamos del Banco Mundial, del FMI y del Banco Interamericano de Desarrollo”.
Durante la XIII Cumbre Empresarial China-LAC (América Latina y el Caribe), la Iniciativa La Franja y la Ruta también fue reconocida como una guía que puede impulsar la relación dentro de la región a un nuevo nivel, aunque es un camino que requiere de mayores esfuerzos para capitalizar mejor las oportunidades.
“China tiene en exceso tres cosas que Latinoamérica carece: tecnología, capacidad de generar infraestructuras y financiamiento. Y además Argentina tiene deuda, que no ha sido convertida en bienes materiales. Por lo tanto es extraordinaria la oportunidad para que China consiga de Argentina aquellas cosas que desea. Y juntos puedan conseguir un alineamiento en los organismos multilaterales para que dos voces suenen más fuerte que una. Y Argentina entonces pueda recostarse en una economía que supo tenderle la mano oportunamente, y que está decidida a no entrometerse mucho políticamente en el terreno latinoamericano”.
Al ser interrogado sobre la situación sobre la situación de Hong Kong, Girado se declaró “infelizmente impresionado por la situación que está padeciendo” y “la doble vara estadounidense que deja a la luz cual es su política internacional, que va en desmedro del multilateralismo y de los esquemas de gobernanza global”.
“Siempre la asocié con la situación que padecimos nosotros en Argentina con el imperio Británico y el desarrollo de su colonia en las islas Malvinas. Aunque hay diferencias notables porque en Hong Kong la población es china, mientras que en Malvinas se eliminó a la población argentina y se implantaron colonos. Por lo tanto, cientos de años después es mucho más difícil abordarlo políticamente”.
“Es llamativa la manera tan abierta en que el gobierno norteamericano está interviniendo en terceras economías. La doble vara es no ver lo que ellos mismos están haciendo en Guantánamo con los presos, y pretender imponer un orden global a través de su parlamento, y con ese pretexto establecer una ley interna que impida que se hagan negocios si China no adopta determinado tipo de políticas”, fustigó Girado.
“Es algo inadmisible en el siglo XXI. Y mucho más inadmisible entre potencias económicas”.
(Web editor: 赵健, Rosa Liu)