Por Xu Weihong
Beijing, 22/11/2019 (El Pueblo en Línea) - El tema de la alta tasa de ahorro nacional de China ha vuelto a atraer recientemente la atención pública. A finales del 2018, la tasa bruta de ahorro del país alcanzó el 45,7 por ciento. Y sigue ocupando el primer lugar en el mundo.
Tradicionalmente, una alta tasa de ahorro ha sido considerada el reflejo de un consumo relativamente bajo. También se suele asociar a una falta inherente de dinamismo económico, un débil sistema de seguridad social y con limitaciones a la inversión de los residentes. Sin embargo, dada la situación macroeconómica actual, puede haber una nueva perspectiva de análisis sobre este viejo problema.
Para cualquier economía, la tasa de ahorro nacional es un indicador crucial. Solamente cuando el consumo es menor que la producción es que se puede ahorrar el superávit, y es cuando un sistema financiero nacional puede tener los fondos para invertir en proyectos de inversión de medio y largo plazo, especialmente en infraestructura a gran escala e industria pesada.
Todo el mundo puede beneficiarse de una alta tasa de ahorro. Los ferrocarriles de alta velocidad de China, los aeropuertos modernos, los puertos y las autopistas son todos proyectos de construcción de infraestructuras que necesitan una gran inversión.
Los fondos para estos proyectos provienen del creciente ahorro de los residentes. Algunos vienen directamente en forma de préstamos, mientras que otros se inyectan indirectamente a través de programas como los bancos comerciales que compran bonos de infraestructura. Esto significa que China no necesita pedir prestado capital foráneo, virtud que muchos países en desarrollo envidian.
Los países en desarrollo a menudo carecen de sistemas de recaudación directa de fondos en varios niveles, y las pequeñas y medianas empresas (PYME) sólo pueden depender de canales de financiación informales y capital de ahorro nacional para recaudar fondos.
Además, ningún país puede reducir las dificultades y los elevados costos a los que se enfrentan las PYME a la hora de recaudar fondos mediante financiación indirecta representada por los bancos comerciales. Por lo tanto, el ahorro privado abundante es la principal fuente de capital para las empresas chinas que son innovadoras y emprendedoras.
En el contexto de la actual, compleja y cambiante situación económica mundial y del diferendo comercial entre China y Estados Unidos, es una bendición para la economía China que la tasa interna de ahorro no haya experimentado una caída excesivamente pronunciada.
El reciente índice de ahorro muestra que la situación financiera en China sigue siendo saludable y que su potencial de consumo es enorme, lo que es sin duda alguna es importante a la hora de estabilizar la confianza de los inversores chinos y extranjeros.
En el mercado de valores, las acciones de las empresas relacionadas con el consumo y las empresas de salud han alcanzado repetidamente nuevos máximos. Los inversores valoran las perspectivas de acumulación de riqueza y de una mayor calidad de vida.
Se necesita una alta tasa de ahorro para la construcción de infraestructuras, un sistema financiero saludable y un potencial de consumo vigoroso.
Los fondos de ahorro no fluyen a hipotecas de vivienda y préstamos al consumo en China. Sin embargo, en los últimos años muchos residentes chinos se han visto agobiados por una presión excesiva de préstamos debido a los altos precios de la vivienda, siendo más sensibles a la tasa de interés de los préstamo. Este hecho ha hecho que el Banco Popular de China sea más cauteloso al fijar la tasa de interés de referencia.
El nivel de apalancamiento de la expansión del crédito monetario está estrechamente relacionado con la tasa de interés de referencia, tanto en el país como en el extranjero.
El banco central estimula la economía a través de tasas de interés bajas, e incluso negativas. Sin embargo, no son los ciudadanos comunes y corrientes los que más se benefician, sino los gobiernos, las empresas y los individuos que puedan obtener préstamos.
Tomemos como ejemplo la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés). Aunque la tasa de ahorro de los ciudadanos estadounidenses ha repuntado recientemente, todavía cifra un 8 por ciento, muy inferior al 45,7 por ciento de China. La FED se ve obligada a mantener tasas de interés ultrabajas para proteger el apalancamiento de la moneda, lo que hace feliz al gobierno federal que está lleno de deudas, aunque al mismo tiempo agrava la brecha interna entre ricos y pobres. Las lecciones extraídas de Estados Unidos demuestran que los niveles de deuda de los gobiernos, las empresas y los individuos tienen un alcance determinante, y que las elevadas deudas contraídas durante el desarrollo económico no deben tomar como rehenes para la política monetaria; de lo contrario empeorará la distribución de la riqueza social.
Por lo tanto, China no debe aspirar a los tipos de intereses negativos. Un alto apalancamiento, con su injusta distribución de la riqueza, en lugar de una alta tasa de ahorro, sí sería un gran problema. Además, las medidas tomadas por China están ayudando a hacer frente a las excesivas deudas, a todos los niveles de gobierno y de empresas estatales.
El autor es economista jefe del Fondo China Securities JT y miembro del Comité Académico del Instituto Pangoal.
(Web editor: 赵健, Rosa Liu)