El tifón Lekima pone a prueba la capacidad de científicos y residentes urbanos (4)

Pueblo en Línea  2019:08:13.14:38

Los miembros del personal transportan suministros de socorro en Wenling, provincia de Zhejiang, 10 de agosto del 2019. [Foto: Xinhua]

En la provincia de Jiangsu, Lekima azotó con lluvias torrenciales y fuertes vientos a 576 aldeas y municipios. Muchas de las 13 ciudades de la provincia padecieron de caminos y aceras inundados, árboles caídos y techos destruidos.

El domingo, un video filmado por el bombero Ji Houniupei comiendo un bollo al vapor después de trabajar durante horas se popularizó en las redes sociales.

Ji estaba sentado al lado de una carretera, cubierto de barro y con bollo en la boca. Confesó que se había comido 11. "Delicioso!", fue su veredicto.

Hasta este lunes, el clip había sido visto más de 100 millones de veces y había recibido millones de “me gusta”.

Más tarde se comió otro bollo, totalizando 12 unidades.

El abnegado bombero solamente había dormido tres horas en dos días después de que el tifón tocara tierra en Taicang. Los trabajos de rescate de emergencia comenzaron a las 3 de la tarde del sábado y Ji no regresó a su dormitorio hasta las 4 de la mañana. Y después desde las 8 de la mañana trabajó durante más de 10 horas bajo la lluvia y los fuertes vientos.

"Nos dieron diez tareas de emergencia el primer día, en su mayoría teníamos que drenar lugares inundados", detalla Ji.

"En un garaje subterráneo, el agua tenía más de un metro de alto y todo estaba inundando. A las 8 de la noche, todos los bomberos estaban hambrientos. En se momento llegaron los bollos cocinados al vapor.

"Me sorprendió cuando me vi en el video porque yo no suelo comer tanto. Espero que mis padres no hayan visto lo mucho que comí. No quiero que se preocupen por mí", manifestó Ji.

En la mañana del domingo, muchos bomberos como Ji, junto con cientos de funcionarios y policías, ya habían evacuado a 143.000 personas y habían regresado a puerto 19.800 buques.

También habían completado 327 tareas de rescate de emergencia, incluyendo la eliminación de árboles caídos, la restauración de fuentes de alimentación y poner en su posición correcta a los camiones volteados por Lekima.

Muchos ancianos inicialmente se negaron a ser evacuados e insistieron en quedarse en casa. Los trabajadores comunitarios los persuadieron para que no corrieran riesgos.

Liuzhen fue una de las que salió de su ruinosa casa de Suzhou y se albergó en un hotel hasta que la ciudad estuvo fuera de los embates de Lekima.

Esta anciana de 94 años, vive sola en una casa que data de la dinastía Qing. Inicialmente, Liuzhen había ignorado las adventencias de sus hijos e insistió en permanecer dentro de la casa.

Zhang Yingying, secretario del Partido Comunista de China de la comunidad donde vive Liuzhen, precisó que "ella afirmó que prefería morir dentro de su casa. Y se sentó durante toda la noche para vigilar el techo con goteras”.

"Antes de poder persuadirlos, primero necesitas saber qué les preocupa a los ancianos. Le prometí que el hotel sería temporal y que después podía regresar cuando quisiera. A ella se le entregó una habitación gratuita, con comida caliente y trabajadores sociales que la acompañaron.

Zhang y sus colegas también visitaron a otras 50 personas mayores que vivían solas y que fueron llevadas al hotel.