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Especial: El primer ferrocarril que atraviesa el desierto de China celebra su 60º aniversario

Actualizado a las 31/07/2018 - 16:43
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YINCHUAN, 31 jul (Xinhua) -- La vista aérea del ferrocarril Baotou-Lanzhou, que atraviesa el desierto, representa los esfuerzos de la humanidad contra las fuerzas de la naturaleza: las ondulantes dunas de arena son domadas por grandes extensiones de estructuras de paja hechas por el hombre, una técnica originaria de Ningxia y que ahora conocida por todo el mundo.

El ferrocarril Baotou-Lanzhou, que entró en funcionamiento en 1958, es una arteria que enlaza el norte de China con las regiones del noroeste. Nace en Baotou, situado en la región autónoma de Mongolia Interior, y llega a Lanzhou, la capital de la provincia de Gansu. Este ferrocarril de 990 kilómetros de longitud atraviesa seis veces el desierto de Tengger en la ciudad de Zhongwei, ciudad de la región autónoma hui de Ningxia.

El ferrocarril también pasa por Shapotou, cuyo nombre significa dunas de gran altura. En esta región hay 16 kilómetros de dunas que están en continuo movimiento, alcanzando los 100 metros de altura.

"Para garantizar el buen funcionamiento del ferrocarril, se necesita domar al desierto", afirma Zhang Zhishan, subdirector de la Estación de Investigación y Experimentación del Desierto de Shapotou, que pertenece a la Academia China de Ciencias.

El primero de agosto se cumple el sexagésimo aniversario de la apertura del ferrocarril Baotou-Lanzhou.

DOMANDO AL DESIERTO

Todos los días 11 grupos de trenes de pasajeros y 36 grupos de trenes de carga pasan por el ferrocarril Baotou-Lanzhou. Protegidos por plántulas, setos de pasto y árboles, los trenes atraviesan fácilmente la parte sur del desierto de Tengger.

"Antes de 1949, el desierto estaba a solo 200 metros de Zhongwei. Los expertos de la Unión Soviética, quienes fueron invitados a diseñar el ferrocarril, predijeron que el ferrocarril sería enterrado por la arena en 30 años", recuerda Gao Yonggui, vicejefe de la Granja Forestal de Zhongwei Gusha (fijación de las dunas).

El tiempo arenoso suele afectar Shapotou unos 300 días al año. El año posterior tras la puesta en marcha del ferrocarril entrase en funcionamiento, la arena enterró los carriles y suspendió la operación en 11 ocasiones, afirma.

En 1955, la Academia de Ciencias de China estableció su primera estación de observación en Shapotou. El año siguiente, se fundó en Zhongwei la primera estación forestal en el desierto de China. Para abordar los problemas que la arena causaba, los trabajadores e investigadores empezaron a experimentar sin descanso técnicas para controlar el desierto.

Las estructuras de paja, que se parecen a los tableros de ajedrez, resultan ser la manera más fácil, ecológica y barata de impedir la erosión producida por la arena. En Zhongwei, los agricultores hacen tableros de paja casi todos los días. Las mujeres ponen paja en la arena, mientras que los hombres usan una pala para enterrarla parcialmente en la arena, creando una imagen de tablero de un metro cuadrado. Cada pieza de paja está 10 centímetros por debajo de la tierra y 30 centímetros por encima de la tierra.

Dentro del tablero, la superficie de la arena forma con el tiempo una corteza dura que impide que la arena se mueva. Gao afirmó que esta corteza podría durar más de 30 años.

En el pueblo de Heilin, que está cerca de Shapotou, unas 200 personas se ganan la vida en el desierto haciendo estos tableros de paja. Algunos trabajan cerca de sus casas, mientras que otros se trasladan a las áreas de desierto de Mongolia Interior, Xinjiang y Shaanxi para trabajar.

En Zhongwei, cerca de 10.333 hectáreas de arena están cubiertas de tableros de paja. También se han construido arbustos, franjas de parabrisas y franjas de hierba para proteger el ferrocarril. Además, se desvió agua del río Amarillo para regar las plantas y los arbustos. La lucha contra la arena nunca ha parado en Zhongwei.

Se han mantenido los carriles lejos de arena desde la década de los 90, según las personas locales.

COMPARTIENDO LA EXPERIENCIA

"Es desde Shapotou que la experiencia china en luchar contra la desertificación empezó a ser conocida por todo el mundo", comenta Zhang Zhishan.

En 1977, China compartió la técnica de antidesertificación usada en Shapotou en la Conferencia sobre la Desertificación en Nairobi de la ONU, y en 1994 la granja forestal de Zhongwei fue elegida en la Lista de Honor Global 500 del programa ambiental de la ONU por sus logros en el control de la arena.

Otros países invitan con frecuencia a los expertos de control del desierto de Zhongwei para que compartan su experiencia, destaca Zhang.

"En 2016 fui a los Estados Unidos para asistir a una reunión sobre el control de desertificación. Estaba muy orgulloso cuando hablaban de los tableros de paja de China", recuerda.

El medio ambiente mejorado de Shapotou ha convertido a esta ciudad en un destino popular de turismo desértico, con más de 1,3 millones de visitantes el año pasado.

A pesar de que se ha controlado la arena, la amenaza sigue ahí. En China la superficie desértica llega a 2,61 millones de kilómetros cuadrados, lo que supone alrededor del 27,2 por ciento del territorio. Según un reglamento para promover el progreso ecológico en 2015, la mitad de la tierra arenosa de China necesitará recibir tratamiento antes de 2020.

"Si no avanzamos, retrocederemos. Es una lucha contra la naturaleza", subraya Gao.

En la estación de Shapotou, los investigadores han establecido modelos para vigilar la precipitación, los niveles de agua subterránea, la evaporación y el crecimiento de las plantas en los desiertos.

"El control de la desertificación es un trabajo duro. Se requieren resistencia y generaciones de trabajo duro", concluye Zhang.

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