Las tácticas de acoso comercial de Trump perjudicarán a EE.UU.

Pueblo en Línea  2018:07:19.13:14

Por Curtis Stone

Beijing, 19/07/2018 (El Pueblo en Línea) - El 6 de julio, los Estados Unidos comenzaron a imponer aranceles de 34 mil millones de dólares a productos chinos, iniciando una guerra comercial con China que incinera las normas del libre comercio y el orden global. Fue un movimiento siniestro, diseñado para intimidar a la segunda economía más grande del mundo.

Los aranceles, que constituyen una violación de las normas de la OMC, han sido señalados por el Ministerio de Comercio de China como "tácticas de intimidación comercial". También han sido denunciados por expertos, tanto en China como en el extranjero.

La lógica de que el acoso a China hará que Estados Unidos sea "grande otra vez" es sospechosa. Pensar que las tácticas de intimidación de la administración Trump asustarán a China es absurdo. Abofetear a su mayor socio comercial y retrasar la tendencia global hacia una mayor apertura sugieren que el tío Sam puede haber perdido la cabeza.

El pensamiento de que las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar es un mito peligroso. Una cosa es desear o creer que Estados Unidos puede ganar la guerra y otra es que realmente lo haga. El Fondo Monetario Internacional, que ha desempeñado un papel en la configuración de la economía mundial desde el final de la segunda guerra mundial, advirtió que las crecientes tensiones comerciales entre los Estados Unidos y el resto del mundo podrían costarle a la economía global alrededor de un 0,5 por ciento en el 2020, es decir, 430 mil millones de dólares del PIB mundial.

Aunque todas las economías sufrirán la contienda, Estados Unidos será el país que más se afectará por el enorme costo de la guerra comercial. Basándonos en comentarios públicos, está claro que la administración de Trump cree que Estados Unidos tiene más munición para ir a la guerra, y que por lo tanto llegará al final con la cabeza en alto. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional interpreta que Estados Unidos forma parte del bando de los que más tienen que perder.

Asimismo, el Fondo Monetario Internacional advirtió que los Estados Unidos son "especialmente vulnerables". Y que "como foco de la represalia global, Estados Unidos podría encontrarse con una proporción relativamente alta de sus exportaciones gravadas por los mercados debido a un conflicto comercial de gran magnitud."

Las tácticas de intimidación de Trump ni siquiera están logrando el efecto deseado. La economía China no se ralentiza. De acuerdo con datos oficiales, en el segundo trimestre -en medio de las crecientes tensiones comerciales- el PIB de China avanzó un 6,7 por ciento. La tasa de crecimiento de China no sólo está dentro de las expectativas, sino que supera el objetivo de crecimiento del gobierno chino durant el 2018 (6,5 por ciento).

Sin embargo, las tácticas de intimidación de Trump sí están teniendo un efecto en la economía norteamericana. En la lista de aranceles estadounidenses por 34 mil millones de dólares, cerca de 20 mil millones de dólares son mercancía producida por las compañías extranjeras radicadas en China. De ellas, las compañías de EE.UU. representan una proporción considerable. Esto significa que las empresas estadounidenses y, en última instancia, los estadounidenses de a pie, son los que pagarán el precio de la guerra comercial de Trump. Para empeorar las cosas, la administración de Trump amenazó a China con otros 200 mil millones de dólares en aranceles. Si lo implementan, se sentirán los efectos dañinos en todo el mundo.

Ya las empresas estadounidenses están expresando sus alarmas por las tácticas de acoso de Trump. Recientemente, la Cámara de Comercio de Estados Unidos advirtió que los aranceles de represalia impuestos por otros países a las exportaciones estadounidenses harán más caros los productos estadounidenses, lo que redundará en pérdidas de ventas y en última instancia, desaparecer 2,6 millones empleos en Estados Unidos.

"La imposición de aranceles a los bienes importados golpeará a los consumidores y empresas estadounidenses — incluyendo a los fabricantes, agricultores, ganaderos y empresas tecnológicas — con costos más altos en productos y materiales comúnmente utilizados", advirtió la Cámara de Comercio de Estados Unidos, definiendo a los arancelas como "un impuesto a los consumidores y a las empresas estadounidenses".

Estados Unidos nunca será "grande de nuevo" sin China. Ambas economías están profundamente entrelazadas. Es por ello por lo que deben trabajar juntos para gestionar su relación. Pero si la administración Trump persiste en la intimidación comercial, es lógico que China luche hasta el final para defender a sus intereses nacionales, a su pueblo y al sistema de comercio mundial.