Ante la pérdida de la diversidad, hay que replantearse el alto costo de las matrículas de la educación superior estadounidense

Pueblo en Línea  2018:05:30.15:31

Beijing, 30/05/2018 (El Pueblo en Línea) - La inscripción de estudiantes extranjeros en las instituciones de educación superior de Estados Unidos experimentó una década de crecimiento antes de ralentizarse al comienzo del año escolar 2016.

La nueva inscripción estudiantil internacional disminuyó en 10.000 matrículas, destacó un informe reciente del Instituto de Política Migratoria. Actualmente, Estados Unidos acoge a 1.1 millones de estudiantes extranjeros que estudian en universidades, colegios y academias de ese país.

La llegada de estudiantes extranjeros comenzó a declinar unos meses antes de la elección presidencial estadounidense del 2016. En la publicación “Puertas Abiertas”, recopilación de datos publicados por el Instituto de Educación Internacional, se afirma que la inscripción de estudiantes extranjeros disminuyó debido a "retrasos y negativas en el otorgamiento del visado, aumento de los costos de la educación superior en Estados Unidos, cambio de clima político y social, competencia de otros países y las inquietudes de los estudiantes acerca de la continuidad laboral en EE.UU. después de su graduación."

Por su parte, Australia y Canadá han experimentado un crecimiento masivo en su inscripción internacional. Ambos países ofrecen una educación de calidad a precios más económicos. El grueso de sus estudiantes extranjeros proceden de China.

El Sydney Herald reveló que desde el 2014 al 2017, los estudiantes extranjeros habían aumentado un 92 por ciento en las universidades de Nueva Gales del Sur, aportando a la economía de la región cerca de 800 millones de dólares. También se informó que al inciarse el pasado año, las universidades australianas experimentaron un aumento del 30 por ciento en las nuevas solicitudes de estudiantes extranjeros.

Una semana después de que el presidente estadounidense Donald Trump fue juramentado en su cargo, publicó la primera de las tres prohibiciones de viajes que destacaría su primer año en la Oficina Oval. Hubo manifestaciones en los aeropuertos de Los Ángeles y Nueva York. Basándose en el tipo de atención que recibió la odisea, se indicó que podría haber sido la reacción equivocada a una medida innecesaria. Los jueces federales dispararon contra el orden en tres distintas resoluciones, y todo en una semana.

La radio pública nacional informó que los estudiantes de los países prohibidos contribuían con 500 millones de dólares anuales a la economía estadounidense, de acuerdo a un estudio publicado en aquel momento.

En el verano del 2017, las escuelas más pequeñas comenzaron a redoblar esfuerzos para atraer a más y más estudiantes extranjeros. La Universidad Temple lanzó la campaña #YouAreWelcomeHere que actualmente incluye 300 colegios y universidades destinadas a reforzar la diversidad en sus recintos y lograr una extensión educativa global. La iniciativa ofrece becas y apoyo a estudiantes extranjeros provenientes de más de 150 países de todo el mundo.

El mayor obstáculo para muchos estudiantes extranjeros es el precio que tienen que pagar por estudiar en Estados Unidos, el país más caro del mundo para cursar una colegiatura. En 2016, Los Angeles Times informó que la Universidad del Sur de California era la más cara de Estados Unidos con un costo anual de 70.000 dólares por matrícula, libros y gastos corrientes. Los estudiantes, tanto extranjeros como nacionales, pagaban la misma tarifa en la Universidad del Sur de California, sin embargo en otros colegios los extranjeros pagaban el doble o el triple que los residentes en el estado donde está situada la institución educativa.

En la Universidad de Washington, Seattle, estudian 8.000 estudiantes internacionales. Mientras que la matrícula y cuotas anuales para los residentes del estado ronda los 11.000 dólares, los estudiantes extranjeros tienen que pagar 35.000 dólares.

China es el único país que ha demostrado un crecimiento sostenido dentro de la demografía mundial de estudiantes nacionales que estudian en el extranjero. Hace dos años, el MPI informó que 325.000 ciudadanos chinos asistieron a escuelas de Estados Unidos. Hoy existen 350.000. Desde mediados del siglo XIX, los ciudadanos chinos han tenido presencia en las universidades estadounidenses.

En 1854, Yung Ming se graduó de la Universidad de Yale, y se convirtió en el primer ciudadano chino en recibir un grado universitario otorgado por Estados Unidos. Los funcionarios de Zhuhai, su ciudad natal en la provincia de Guangdong, donaron una estatua de bronce a la institución Ivy League en 2004 en honor de la conmemoración 150 del comienzo de los estudios de Yung en ultramar.

Como la inscripción de extranjeros ha subido, un informe del National Student Clearinghouse Research Center encontró que durante seis años consecutivos la inscripción de estudiantes estadounidenses ha disminuido.

Hasta los preuniversitarios han comenzado a interesarse por estudiantes extranjeros. Este otoño, California ofrecerá matrícula gratuita durante un año en sus colegios universitarios. Los críticos de la libre iniciativa consideran que la medida principalmente es para atraer a estudiantes internacionales, ignorando a los residentes locales que promueven de grado. Aunque las clases son gratis, los libros, la matrícula y los gastos diarios no lo son. Esos requisitos mantienen la educación superior fuera del alcance de los ciudadanos de pocos recursos.

La diversidad en un campus universitario indica que existe un sano ambiente académico. Las universidades deberían centrarse en reducir la brecha de acceso entre los ciudadanos estadounidenses de bajos ingresos y los estudiantes internacionales. La única manera de materializarlo es que la universidad sea asequible para todos. Cuanto antes lo logren, más eficaces serán.