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“Ahora mi vida está llena de esperanzas”, afirma un anciano de 90 años de la aldea Shibadong

Pueblo en Línea  2018:04:19.13:28

Dos parejas celebran una boda étnica Miao en la aldea Shibadong, provincia de Hunan. Estas celebraciones atraen a turistas de toda China. [Foto: Xinhua]

Shibadong, Hunan, 19/04/2018 (El Pueblo en Línea) - Recoger la basura se ha convertido en el pasatiempo de Shi Chengfu. Mientras más cantidad de desechos traslada, él más feliz se siente. Durante el último medio siglo, su hombro fue la principal herramienta para las cargas más pesadas. Sin embargo, debido a la actual afluencia de turistas a su restaurante familiar (y en consecuencia los desechos que genera la actividad), ahora Shi tiene que utilizar una vara para colgar los cubos de basura y transportarlos hasta un vertedero cercano.

Shibadong, en la provincia de Hunan, es el hogar de Shi y de muchos grupos de etnia Miao. La escasez de tierras cultivables y de agua son propias de la zona.

Cuando estaba en la veintena, Shi tuvo que recoger cenizas de roca en las montañas y llevarlas a la ciudad para venderlas como fertilizante. Al amanecer, cargaba dos cestas de ceniza en una vara sobre sus hombros, caminaba durante horas por la angosta carretera situada al borde del acantilado e intercambiaba las cenizas por un saco de arroz. Él normalmente no regresaba a casa hasta después de las siete de la noche. Acabada la cena, se remontaba a los túneles de minas para extraer más cenizas para comerciar al día siguiente.

Desde que hace 40 años comenzó el proceso de reforma y apertura, la industria minera se desarrolló, las condiciones de vida mejoraron y la infraestructura local también. Entonces Shi se convirtió en minero hasta que se jubiló.

Sin embargo, los jóvenes de la aldea, incluyendo el hijo de Shi, migraron a las ciudades y Shi se quedó sólo. Para amenizar su jubilación, cultivaba maíz y utiliza su vara para cargarlo hasta la ciudad y ganar algún dinero de bolsillo.

La vida no era difícil, pero estaba lejos de ser próspera.

En 1994, la zona de Shi fue designada como "clave" en la lucha para reducir la pobreza en la provincia, atrayendo más talento e inversiones desde el exterior.

Les faltaban recursos naturales pero eran ricos en herencias culturales y bellos paisajes, entonces la aldea comenzó a aumentar el apoyo a sectores como la agricultura, el turismo y los bordados Miao.

El hijo de Shi regresó casado, y a principios del 2015 la pareja abrió en la aldea el primer hostal-restaurante.

El año pasado, 260.000 turistas visitaron Shibadong, propiciando ingresos por más de 2 millones de yuan (320.000 dólares) e impulsando los ingresos anuales netos de la aldea a más de 10.000 renminbi per cápita.

El restaurante familiar de Shi tiene más de 30 mesas e ingresa bruto como promedio aproximadamente 300.000 a 400.000 renmimbi anuales. Como el número de clientes aumentó, el único cesto de basura de la casa de Shi era insuficiente. Hubo que agregar tres grandes tanques para gestionar los desperdicios.

Al menos cinco veces al día, Shi se encarga de vaciar los tanques de basura. Él incluso compró un nueva vara de transportar en hombros para asumir sus nuevas responsabilidades.

"A diferencia de cargar cenizas, hoy estoy feliz de llevar mi vara al hombro porque ahora mi vida está llena de esperanzas", afirmó Shi.

(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)

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