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Narrativa de EEUU sobre China no mejorará imagen de Washington en América Latina, afirman expertos argentinos

Por Juan Manuel Nievas

BUENOS AIRES, 2 feb (Xinhua) -- La narrativa de Estados Unidos sobre China y América Latina no mejorará el deterioro de la imagen que tiene Washigton en la región, coincidieron analistas argentinos consultados por Xinhua.

Antes de su visita a cinco países de América Latina, el secretario norteamericano de Estado, Rex Tillerson, acusó el jueves a China de "utilizar su poder para atraer a la región a su órbita".

El experto argentino Leandro Morgenfeld explicó a Xinhua que ese "injerencismo genera rechazo dentro y fuera de Estados Unidos, más allá del núcleo de votantes conservadores que llevaron a la presidencia a Donald Trump".

El presidente norteamericano "es un exponente de la declinación" de Estados Unidos, a la vez que "parece acelerarla. Su prepotencia y desdén por la diplomacia y organismos multilaterales le dificultan a su gobierno ejercer el 'imperialismo moral'" en la región.

"Con Trump, Estados Unidos difícilmente podrá justificar su injerencismo en la defensa de la democracia, el cuidado del medio ambiente y la defensa de las libertades", agregó el analista, investigador adjunto del Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina.

"América Latina, junto a Europa, es la región donde más se ha deteriorado la imagen del gobierno de Estados Unidos desde que asumió Trump", agregó.

Morgenfeld dijo que el anterior mandatario estadounidense "Barack Obama (2009-2017) había tenido un éxito relativo en reposicionar a Estados Unidos, tras una década de fracasos. La política de distensión con Cuba era parte de esa estrategia. Con Trump, en cambio, vuelve la prepotencia explícita".

Rex Tillerson emprendió una gira regional que incluye a México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica.

El lunes se verá con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, que la semana pasada se reunió en Moscú con su homólogo, Vladimir Putin, y acordaron reforzar la cooperación bilateral en una amplia gama de ámbitos, incluyendo el comercial, económico, de inversiones, altas tecnologías y humanitario.

"La asociación estratégica integral fue plenamente consolidada. Acordamos con el presidente argentino seguir con los esfuerzos sistémicos para desarrollar los lazos de comercio e inversión. Esto será abordado de cerca con la Comisión Intergubernamental de Cooperación Comercial, Económica, Científica y Técnica", expresó Putin después de conversar con Macri.

Del mismo modo, la relación entre Argentina y China luce consolidada, en particular desde que en 2014 ambas partes la elevaron hasta el nivel de asociación estratégica.

"China es para nosotros un socio fundamental y ese vínculo se viene fortaleciendo día a día", expresó días atrás el ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina, Jorge Faurie.

El nivel de asociación estratégica integral también lo ostenta China en su lazo bilateral con Perú, México, Venezuela, Ecuador, Chile y Brasil.

Para el analista argentino Rosendo Fraga, lejos de ser una amenaza para la región, la cooperación regional con China ha traído beneficios: generó, como primer efecto, "reactivar el agrupamiento regional".

En entrevista con Xinhua, el director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría explicó que esa integración regional "había perdido en los últimos meses presencia y actividad por las diferencias internas que generó la crisis de Venezuela".

"La CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) es la única organización en la cual están todos los países de América Latina y el Caribe, sin la participación de Estados Unidos ni Canadá. Ello permite a china desarrollar con la región una política sin interferencias de otro actor global", consideró.

Mientras Beijing ofrece cooperación y esfuerzos compartidos para actualizar la infraestructura regional, a partir de la iniciativa de la Franja y la Ruta, Estados Unidos, propone un camino inverso.

Después de que Trump asumiera el cargo en 2017, revirtió la distensión en las relaciones con Cuba lograda en 2015 luego de un rompimiento de más de medio siglo y endureció reglas de inmigración.

El presidente estadounidense también quiere un muro entre la frontera común con México para desalentar los flujos de población e intenta ajustar los acuerdos comerciales a su favor, como en el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).