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Intentar cambiarle el nombre a las islas Diaoyu no impedirá el declive de Japón

Pueblo en Línea  2017:09:22.16:13

Beijing, 22/09/2017 (El Pueblo en Línea) - Autoridades de la ciudad japonesa de Ishigaki, en la prefectura de Okinawa, declararon este jueves que planean cambiarle el nombre a las islas Diaoyu, que Japón llama Senkaku. El alcalde, Yoshitaka Nakayama, presentará una propuesta a la Asamblea de la Ciudad para discutir el tema en su sesión ordinaria de diciembre, en un intento por cambiar el nombre formal de las islas de la actual "Tonoshiro, ciudad de Ishigaki" a "Senkaku, ciudad de Ishigaki". Esta estrategia persigue aumentar el control japonés.

Desde el 2012, los japoneses tienen un catálogo interminable de pequeños trucos y juegos sucios cuando de tratar de nacionalizar las islas Diaoyu se trata. Intención a la que China se ha opuesto. Desde entonces, los buques chinos han patrullado las aguas cercanas, a menudo dentro del límite de 12 millas náuticas porque Japón invitó a esta reacción china. Y aún, los nipones parecen que no han aprendido lo suficiente e insisten en otra impostura de magos aficionados: cambiar el nombre de las islas.

Tal provocación puede captar fácilmente la atención local japonesa y mantener ocupado a los principales medios de comunicación, y será difícil que el gigante asiático se quede de brazos cruzados. Como resultado, las provocaciones niponas aumentan la probabilidad de confrontación con China.

Este cambio de nombre ocurre a menudo en los países vecinos, sobre todo aquellos que actúan impulsados por nacionalismos. Por ejemplo, el Mar de China meridional, reconocido como tal en todo el mundo, fue rebautizado por Vietnam como el Mar del Este, y más tarde por Filipinas como el Mar Occidental de Filipinas.

Corea del Sur también ha hecho lo suyo, cambiando el nombre del Mar de Japón y el Mar amarillo por Mar del Este y Mar del Oeste. Incluso en el 2005, cambió el nombre chino de Seúl, su capital, a pesar de que no guardaba conexiones con China. Ahora los japoneses quieren seguir el ejemplo de Corea del Sur y han pensando en Senkaku, ciudad de Ishigaki. Una estratagema retórica y mezquina. Si se les permite hacer esto, los chinos se molestarán. Sin embargo, si China se opone enérgicamente, podría entenderse que está siendo manipulada por Japón. Por otro lado, no hacer nada se puede entender como darle el gusto a Japón.

Los japoneses de derecha han orquestado esta provocación. A pesar del hecho de que la población china es 10 veces más grande que la de Japón, es sin duda superada en ideas malvadas que llegan desde ese pequeño país.

China no necesita enfrentarse a Japón por cada tema que destaque. China es un país importante, con una economía y una política florecientes, mientras que Japón retrocede y agudiza su estrechez mental. China tiene ambiciones y una gran cantidad de trabajo que realizar, mientras que el patético Japón rumia y rumia dentro de un callejón sin salida.

Japón es un reflejo de cómo el mundo exterior percibe el ascenso de China de una manera negativa. Algunos japoneses la emprenden con China no precisamente por defender intereses nacionales, sino simplemente para ventilar su enojo. Sin embargo, China no tiene que preocuparse demasiado por esta torpeza mental, incrustada en el ideario japonés. En lugar de ello, China tiene que superar a Japón de una manera magnánima y no comportarse emocionalmente.

Ya ni siquiera es noticia que el esplendor del Japón de hoy está menguando dentro de la competencia de los grandes países del orbe, por ello es por lo que cualquier trastada japonesa relacionada con las islas Diaoyu no ayudará a impedir su declive.

Los intereses nacionales siempre deben dominar nuestra política con Japón. Las islas Diaoyu son una parte inalienable del territorio chino. Los chillidos japonés son inútiles. 

(Web editor: Elena G., Rosa Liu)

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