Fuente: China Daily
ZHURIHE, Mongolia Interior, 31/07/2017 (El Pueblo en Línea) - La fuerza de combate femenina se ha ganado el respeto dentro de la Brigada de Operaciones Especiales del Ejército Popular de Liberación.
Ellas han sido elogiadas por su dedicación a la defensa del país.
Todos los días a las 5:35 am, antes de que la mayoría de la gente se despierte, Wei Lingli, de 20 años, y sus compañeros están fuera de cama. Tienen sólo unos minutos para lavarse y vestirse antes de embarcarse en una carrera de 5 kilómetros que deben completar en menos de 24 minutos.
La fuerza militar femenina se gana el respeto por su abnegación
Entrenamiento de la fuerza militar femenina.(Foto: Feng Yongbin)
Así es como comienzan los entrenamientos diarios de las mujeres que pertenecen a la Brigada Especial, la única escuadra femenina de las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército Popular de Liberación, fundada en marzo del 2013.
La mayoría de sus miembros,llegadas de todas partes del país, nacieron después de 1990.
"Somos mujeres decididas y fuertes", afirma Wei, quien se unió a la brigada el año pasado. Después de un año de entrenamiento, su peso ha aumentado de 50 a 55 kilogramos. "Mi cuerpo apenas ha cambiado, pero tengo más músculo".
Su nueva fuerza es el resultado de la formación diaria. El peso de cada uniforme y equipo femenino -una botella de agua, medicinas, una bengala, aceite y equipo de limpieza de armas de fuego, cuerdas, granadas y mapas pesan unos 10 kilogramos.
Cuando se agregan armas de fuego y balas, la mochila llega a los 15 kilogramos. El conjunto completo se usa durante las marchas diarias de ruta, usualmente de 30 a 40.
"Todos en la brigada son las mejores", asegura Li Shanshan, instructor que se unió al equipo desde su fundación. El año pasado, para recorrer 3 kilómetros, las soldados necesitaban 17 minutos.
Después de entrenar durante tres meses, más del 80 por ciento podría completar una carrera de 3 kilómetros en 14 minutos.
Además de su condición física excepcional, más del 75 por ciento del equipo son graduadas universitarias.
Entre las habilidades de combate que tienen que dominar está el paracaidismo, buceo y uso de armas de fuego, entre otras.
"La gente dice que ningún hombre se atreve a casarse con mujeres tan duras", bromea Wei. "Pero creo que nuestra fuerza de voluntad y valentía son nuestros principales atributos".
La mejor elección
Hace unos seis meses, Zhang Yue, de 24 años, celebró su cuarto año dentro de la brigada de élite.
Zhang Yue se ajusta su casco para comenzar a entrenar. (Foto: Feng Yongbin)
Antes de unirse a la brigada de élite, Zhang trabajó como enfermera en un hospital militar de la provincia de Hebei.
"Para mucha gente, ser enfermera es un buen trabajo que además, no incluye horarios especiales ni duros entrenamientos", admite Zhang. "Pero esa no era la mejor opción para mí. Yo quería llegar a ser alguien que pudiera luchar en el campo de batalla".
En 2013, Zhang pasó el examen y fue asignada a la primera unidad de la brigada. No era la única que ha soportado el dolor y las lesiones sin quejarse.
Jin Xiaohua, de 23 años, padeció tres fracturas en su pierna derecha, pero cuando fue enviada al hospital no podía recordar cuándo o dónde ocurrieron dichas fracturas.
"No fue un gran problema. Desde niña, mi padre me enseñó a ser fuerte y optimista", asegura Jin.
A diferencia de sus compañeras, las canciones favoritas de Jin son las marchas del ejército.
"Cada vez que presenciaba la ceremonia de izamiento de la bandera o veía por televisión una gran desfile militar, no podía dejar de estar ahí".
Jin estudió en el Colegio de Policía de Shanxi, donde aprendió defensa personal y artes marciales mientras esperaba la prueba anual de inscripción en el ejército. En 2015, suspendió sus estudios e inició el programa de entrenamiento para la brigada élite femenina.
Mientras convalecía de las fracturas, en muletas ayudó a limpiar el cuartel y brindó servicios a sus compañeras.
Jin pronto terminará su servicio en la unidad.
"Nuestra amistad es diferente a la que se forja en la universidad. Aquí somos como miembros de una gran familia. Compartimos la felicidad y el dolor. Las extrañaré a todas", concluyó.
(Web editor: Elena G., Rosa Liu)