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China asume una ingente labor en el desarrollo global

Pueblo en Línea  2017:05:12.15:12

China asume una ingente labor en el desarrollo global

Por Justin Yifu Lin y Yan Wang

El presidente Xi Jinping interviene en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el 17 de enero del 2017. [Foto: agencia]

Beijing, 12/05/2017 (El Pueblo en Línea) - A pesar de la aparente tranquilidad de las reuniones de primavera de este año del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, hay razones para preocuparse por la economía mundial. La inminente salida de Reino Unido de la Unión Europea y la agenda anti-globalización del presidente estadounidense Donald Trump están creando incertidumbre económica y seguirán haciéndolo durante algún tiempo.

En contraste con Trump, el presidente chino Xi Jinping defiende la globalización y ha dispuesto capitales para crear bienes públicos globales, mejorar la conectividad y crear empleos en muchos países en desarrollo. Más de 60 naciones han acogido con beneplácito la iniciativa "Cinturón y Ruta". De hecho, 29 jefes de Estado y de Gobierno asistirán al Foro de Cooperación Internacional "Cinturón y Ruta" que se celebrará en Beijing el 14 y 15 de mayo. Entonces, ¿cuál es la lógica china para concebir esta grandiosa visión que tantos países en vías de desarrollo han abrazado?

En nuestro nuevo libro "Ir más allá de la ayuda gracias a la cooperación para transformación estructural", argumentamos que la ayuda oficial para el desarrollo (AOD) no siempre tiene que ser concesionaria. Puede asumirse desde un enfoque más amplio como el adoptado por China, que incluye el comercio y la inversión. En la actualidad, la definición de ODA de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico no incluye algunos de los instrumentos más eficaces para facilitar la transformación estructural en los países receptores, como la inversión de capital y los grandes préstamos no concesionarios para construir infraestructura.

Al combinar la ayuda con el comercio y la inversión, tanto los países donantes como los receptores se benefician mutuamente. Por ejemplo, la cooperación para el desarrollo Sur-Sur utiliza las tres actividades para capitalizar las fortalezas económicas de los países receptores. Esto permite que la cooperación Sur-Sur evite cuellos de botella en países socios que operan bajo el modelo estándar AOD, que separa claramente la ayuda del comercio y la inversión privada, impidiendo así a dichos países explotar sus ventajas comparativas.

En nuestro libro, proponemos mirar este tema a través del concepto nueva economía estructural (NSE) que aborda el desarrollo económico moderno como un proceso de cambio estructural continuo en la tecnología, la industria y la infraestructura dura y blanda, todo lo cual aumenta la productividad del trabajo y, por ende, el ingreso.

Consideramos que el NSE es el enfoque más eficaz y sostenible para que un país de bajos ingresos busque impulsar el crecimiento y dinamizar su desarrollo en aquellos sectores en los que tiene obvias ventajas comparativas latentes: bajos costos de producción son bajos, pero frenado por los altos costos de transacción altos e infraestructura deficiente. Los gobiernos pueden ayudar a reducir los costos de transacción mediante la creación de zonas económicas especiales o parques industriales, mejorar la infraestructura y hacer que el ambiente empresarial sea más atractivo. Con este enfoque, un país en desarrollo puede crecer dinámicamente y crear un círculo virtuoso de creación de empleo y reducción de la pobreza, incluso si su infraestructura general y el entorno empresarial siguen siendo deficientes.

Además, las grandes economías de mercados emergentes como China, Brasil e India pueden utilizar sus ventajas comparativas en infraestructura y fabricación ligera para ayudar a otras naciones. Para China, este principio sintoniza con el pensamiento confuciano: "Aquel que desea el éxito debe ayudar a otros a tener éxito, quien desea desarrollarse debe ayudar a otros a desarrollarse".

China tiene una ventaja comparativa clara en la construcción de infraestructuras, debido a su bajo costo de mano de obra (el costo de un jefe de proyecto en China representa un octavo del promedio en los países OCDE) y un vasto mercado interno que le ha permitido lograr escalar la economía a niveles que otros países no pueden. En consecuencia, el costo total de construcción del ferrocarril de alta velocidad en China es dos tercios más barato que en los países industrializados.

También las ventajas comparativas de China en 46 de los 97 subsectores -particularmente en el sector manufacturero- también benefician a otros países en desarrollo. A medida que aumentan los costos de mano de obra en China, las industrias de labor intensiva se están reubicando en países en desarrollo con salarios más económicos, proporcionando millones de oportunidades de empleo para los trabajadores foráneos. Por ejemplo, Huajian Shoemaking Company, C & H Garments y China JD Group (fabricante de prendas de vestir) están operando en zonas económicas especiales en Etiopía, Rwanda y Tanzania.

Además de exportar sus ventajas comparativas, China también invierte su "capital paciente", a 10 años vista o incluso más.

En un artículo recientemente publicado, conceptualizamos el "capital paciente" como una inversión dentro de una relación dentro de la cual un inversionista tiene una participación a largo plazo en el desarrollo del país donde invierte. Los propietarios de "capitales pacientes" son inversores que buscan ganancias, claro está, pero bajo la disposición de "enterrar" el dinero en el sector real por un prolongado período de tiempo.

Los propietarios del "capital paciente" también están más dispuestos, y mejor capacitados, a asumir riesgos. La posición neta de activos extranjeros a largo plazo en un país se correlaciona fuertemente con la estrategia de desarrollo del mismo. Por otro lado, las posiciones netas de activos extranjeros en los países con orientación a corto plazo y una baja tasa de ahorro tienden a irse deteriorando, mientras que las deudas externas del país aumentan.

El "capital paciente" desempeña un papel importante en el financiamiento de las infraestructuras, ya que a menudo se acompaña de conocimientos técnicos y administrativos, lo que ayuda a mejorar la conectividad global y acelerar el desarrollo.

Hasta ahora, la gran reserva de "capital paciente" de China se ha utilizado para financiar sus proyectos domésticos. Pero se exportará cada vez más, en la medida que las empresas chinas y los bancos se internacionalizen. De hecho, China pronto podría convertirse en el mayor acreedor neto del mundo, y una gran parte de sus activos netos extranjeros tomará la forma de "capital paciente", inversiones adecuadas para mejorar la infraestructura, desarrollar sectores manufactureros y crear empleos alrededor del mundo.

Desde el año 2015, las finanzas para el desarrollo han empezado a reducirse en forma de ayuda tradicional y se han incrementado de manos de las instituciones financieras de desarrollo, los bancos de desarrollo y los fondos soberanos de las economías emergentes. China, por ejemplo, ha comprometido 60.000 millones de dólares en financiamiento para el desarrollo de África en el período 2016-18.

China y otras economías emergentes también están avanzando desde el bilateralismo al multilateralismo, trabajando con socios del Norte y del Sur. Nuevas instituciones lideradas por el Sur, como el Banco Asiático para Inversiones en Infraestructura y el Banco de Desarrollo de los BRICS impulsan los esfuerzos globales para el desarrollo.

China, además, está tratando de aprender de sus socios para que éstos pueda mejorar sus propias normas de gobierno, laborales y ambientales. Y este proceso de dos vías está dando lugar a nuevas ideas, teorías y conceptos. Somos cautelosamente optimistas de que el Norte y el Sur pueden trabajar juntos para asegurar la paz y la prosperidad común.

Justin Yifu Lin es director del Centro de la Nueva Economía Estructural, decano de Cooperación y Desarrollo Sur-Sur y decano honorario de la Escuela Nacional de Desarrollo de la Universidad de Beijing. 

Yan Wang es investigador principal del Centro de la Nueva Economía Estructural de la Universidad de Beijing. 

(Web editor: Elena G., Rocío Huang)

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