Justicia peruana ordena atención médica a líder de Sendero Luminoso

Actualizado a las 01/03/2017 - 08:38

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La justicia peruana accedió al pedido del líder de la guerrilla Sendero Luminoso (SL), Abimael Guzmán, de recibir atención médica para afrontar el deterioro de su salud, durante audiencia judicial presidida hoy por el juez René Martínez.

"He hecho un esfuerzo para venir, esa es la situación. Lo que pido es que un médico me vea y yo pueda solventarlo porque no confío en otro", expresó el ex líder de SL, de 82 años de edad.

Guzmán, quien cumple una condena de cadena perpetua en la Base Naval del Callao, cercana a Lima, se presentó este martes a la audiencia donde se ventila el caso "Tarata", en el cual perdieron la vida 25 personas debido a la explosión de un coche bomba en 1992 en el distrito limeño de Miraflores.

La reaparición del líder guerrillero en este proceso, donde también se encuentran implicados otros 11 dirigentes de esta organización, fue notoria para los medios de comunicación, porque mostraba una visible pérdida de peso y una larga barba blanca.

Ante esta petición, las autoridades judiciales de la Sala Penal Nacional, liderada por el juez Martínez, decidieron que se le asigne un médico especialista en geriatría para la realización de un examen médico.

El proceso judicial en contra de Guzmán y los 11 dirigentes senderistas fue suspendido la semana pasada, precisamente, debido a la ausencia de su líder por los problemas de salud que presenta continuamente debido a su avanzada edad.

Al respecto, el Ministerio Público solicitó a la Sala Penal Nacional que estos mandos de la guerrilla peruana sean condenados a cadena perpetua por la muerte de las 25 personas, ocasionada por el coche bomba que estalló en la calle Tarata del distrito limeño de Miraflores hace 25 años, en plena guerra interna.

Entre otros delitos, las autoridades peruanas también procesan a los dirigentes de SL por tráfico ilícito de drogas y por su presunto apoyo de seguridad a las bandas de narcotraficantes a cambio de un pago.

Guzmán y su cúpula fueron detenidos el 12 de septiembre de 1992, dos meses después que ocurrió la explosión de Tarata, después de un largo trabajo de inteligencia realizado por el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la policía peruana.