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De yuanes, pesos y la ruta por delante

Actualizado a las 18/11/2016 - 15:44
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Jorge Heine, Embajador de Chile en China

El Tercer Foro de Think Tanks de China y America Latina y el Caribe congregó recientemente a un centenar de dirigentes políticos, académicos y periodistas en el Hotel St Regis en Beijing. El encuentro dio lugar a un animado intercambio de opiniones y perspectivas acerca del estado de las relaciones sino-latinoamericanas. Con la participación de líderes como el exPresidente Eduardo Frei de Chile, el exPrimer Ministro Bruce Golding de Jamaica y el exCanciller Francisco Carrión de Ecuador y analistas de la talla de un Carlos Moneta, realizado en los días de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, y en vísperas de la visita del Presidente Xi Jinping a Sudamérica, el momento del evento no podría haber sido más álgido.

Varios temas-eje cruzaron las deliberaciones:

1) Los fuertes lazos entre China y America Latina y el Caribe(LAC) han llegado para quedarse. Después del enorme despegue que han tenido desde comienzos del nuevo siglo hasta ahora (en que el comercio se multiplicó 26 veces, pasando de US$10 mil millones en 2000 a US$260 mil millones en 2014), no hay vuelta atrás. Para varios países de la región, China ya es su primer socio comercial, y para muchos otros el segundo.

2) Dicho eso, cabe constatar que desde 2014 los flujos comerciales no solo se han estancado, sino que incluso han disminuido. Ello se debe en parte al fin del super-ciclo de las commodities que se inició en 2003 y que ya se agotó, pero también a una tendencia más general de caída del comercio internacional. Hoy este comercio representa una parte menor del producto mundial que en 2007, antes del inicio de la crisis financiera. Las razones para ello son complejas, pero constituyen un dato de la causa. Después de varias décadas de crecer al doble de la tasa del producto mundial, el comercio internacional hoy apenas lo hace a la par del mismo. Las implicaciones de ello para los países que han apostado por un modelo de desarrollo exportador no son menores.

3) Ante este súbito estancamiento y/o bajón de los flujos comerciales entre China y LAC (y entre Asia y LAC) no han faltado los que indican que la respuesta sería volver a los mercados tradicionales del Atlántico Norte, que además tendrían la ventaja de absorber una mayor cantidad de exportaciones con valor agregado, a diferencia de las de recursos naturales, base de la demanda china. Este enfoque ignora un hecho central de nuestro tiempo: el gran desplazamiento de la actividad económica desde el Atlántico Norte hacia el Asia Pacífico (y el Sur Global) en las últimas tres décadas. Según algunas proyecciones, para 2050, el Asia constituirá la mitad del producto mundial. La noción de que LAC debería poner sus huevos en la canasta que se encoge, en vez de aquella que se expande a pasos agigantados, no parece de las más lógicas.

4) A su vez, también es obvio que se ha cumplido un ciclo y que, como dijo el exPresidente Frei en el Foro, “no podemos seguir haciendo más de lo mismo”. El comercio por si solo no puede seguir siendo el motor central de las relaciones sino-latinoamericanas, como lo ha sido en los últimos tres lustros. Es indispensable sumar otros. Y en esto también hay un cierto consenso: la cooperación financiera y la inversión deben asumir un protagonismo mucho mayor del que han tenido hasta ahora. Una razón para el bajo crecimiento de América Latina en estos últimos años ha sido la baja tasa de inversión. Un aumento de la inversión china de los US$125 mil millones en la región hoy a los US$250 mil millones a que China se ha comprometido para 2025 podría ser de gran ayuda en ese sentido.

5) Una interrogante clave en ese marco es el grado al cual hay una convergencia entre los intereses de LAC y los de China en esta materia. Para varios autores en el importante libro de Carlos Moneta y Sergio Cesarini (eds), La tentación pragmática. China-Argentina/América Latina: lo actual, lo próximo y lo distante (Buenos Aires: Eduntref, 2016), el tipo de proyectos favorecidos por China en LAC, como corredores bi-oceánicos que faciliten las exportaciones de bienes al Asia, nuevas líneas de ferrocarril y/o proyectos energéticos en gran escala, no serían necesariamente prioridades de la región, y por lo tanto deberían ser examinados con lupa antes de embarcarse en ellos. En esta mirada, los proyectos de infraestructura en LAC favorecidos por China no serían producto de una desinteresada cooperación Sur-Sur, sino que dictados por su propio interés nacional, por definición distinto al de los países latinoamericanos.

6) Este planteamiento, con todo lo legítimo que puede parecer, adolece de una falacia. Por supuesto que todo país articula su política exterior y su proyección al resto del mundo de acuerdo a sus propios intereses. Eso está fuera de discusión. La pregunta de fondo es otra: ¿es posible encontrar una convergencia entre esos intereses, de manera de poder conjugarlos en forma constructiva y potenciarlos mutuamente? En eso radica el arte y la ciencia de la política exterior. Y en ello, me parece, el argumento que la convergencia entre los intereses de China y los de gran parte de los países de LAC en esta materia es grande no es muy dificil de hacer.

7) Esta fuera de discusión que la tasa de inversión en LAC (alrededor de un 19%) es baja y que debe aumentar si queremos impulsar el crecimiento. También es obvio que la infraestructura de la región (sus puentes, puertos, aeropuertos, túneles y trenes) deja mucho que desear, y que la inversión en este sector tiene un efecto multiplicador notable. Por supuesto, cada proyecto vale por sí mismo y debe ser evaluado en sus méritos. Con todo, la inversión china en este sector, por parte de empresas chinas con capital, experiencia y capacidad técnica probada no puede sino tener un efecto positivo sobre la productividad y el crecimiento de LAC.

Es cierto que ello por si solo no necesariamente va a conducir a una diversificación de la matriz productiva y /o de las exportaciones de los países de LAC. Pero eso requeriria la aplicacion de una politica industrial, tema que requeriría otra columna de opinión.

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