Fuente:agencias
Nueva York,01/11/2016(El Pueblo en Línea)-Para la Policía de Long Island (Nueva York, Estados Unidos), la historia comenzó en 2010, cuando encontró los primeros cuerpos. Sin embargo, ese hallazgo los llevó hasta 2007, cuando desapareció la primera víctima del asesino serial que azota la zona desde hace casi una década y podría haber acabado con la vida de17 personas, reseña RT.
Maureen Brainard-Barnes trabajaba como acompañante, desapareció en 2007 y no se supo más de ella hasta que su cuerpo apareció en una zona costera tres años después, envuelto en una manta y enterrado. Cerca del lugar también estaban los restos de Melissa Barthelemy, en paradero desconocido desde 2009.
Las victimas del asesino serial.Las victimas del asesino serial.Departamento de Policía del Condado de Suffolk
Ante estos hechos, las autoridades intensificaron sus pesquisas y, en cuatro meses, localizaron seis cadáveres, incluidos los de un hombre vestido de mujer y un menor.
Todo comenzó en diciembre de 2010, cuando el servicio de emergencias recibió la llamada de Shannan Gilbert, otra señorita de compañía, quien gritó: "¡Quieren matarme!". Fue lo último que se supo de ella.
Durante su búsqueda, la Policía comenzó a encontrar cuerpos, todos enterrados de la misma forma. El cadáver de esta mujer apareció a finales de 2011 con señales de asfixia.
El jefe de la Policía del condado de Suffolk, Stuart Cameron,
aseguró a la revista 'People': "Cuando encontramos el primer cuerpo, presumimos que era de Shannan Gilbert", pero después vinieron "el segundo, el tercero, el cuarto... nos quedamos en 'shock'".
John Kelly, experto en asesinos en serie, declaró a esa publicación que, "sin lugar a dudas, todos estos misterios están conectados". No obstante, las investigaciones policiales y del FBI —que se incorporó en 2015— no han logrado avanzar mucho al respecto, al punto de no saber si los autores de los asesinatos son una o varias personas.
Hasta el momento, la Policía supone que las primeras cuatro víctimas están relacionadas, pero no descarta que las que encontró después hayan sido asesinadas por una segunda persona. En ese caso, podría haber enterrado los cadáveres cerca de los primeros cuerpos con la intención de despistar a los investigadores o rendir un tributo al primer asesino.
No es la primera vez que Long Island vive una historia similar. En 1993, Joel Rifkin estaba desempleado y, cuando la Policía le arrestó, confesó que había asesinado a 17 prostitutas. Tres años después, un cartero fue detenido y asumió su responsabilidad por la muerte de otras cinco mujeres.
En esos casos se encontró a los criminales con rapidez, mientras que todavía persiste el misterio de los últimos crímenes.
(Web editor: Felipe Chen, Rocío Huang)
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