Durante su discurso inaugural pronunciado en la cumbre de Comercio 20 (B20) celebrada hoy sábado en Hangzhou, el presidente chino, Xi Jinping, afirmó que la reforma y apertura de China es un gran proceso.
Con la economía global mostrando su peor desempeño desde la crisis financiera global, las preocupaciones respecto a China han aumentado, para sorpresa de nadie.
El presidente de China, Xi Jinping, tranquilizó hoy a los líderes empresariales mundiales en Hangzhou sobre que su país es capaz de alcanzar un crecimiento bueno y que no sufrirá una recaída en la reforma estructural y apertura.
Las garantías de Xi están bien fundadas e inyectan estabilidad a la situación global precaria.
Mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido una acción obligatoria para salir de la trampa de bajo crecimiento, Xi dijo a los líderes empresariales que China tiene la confianza y capacidad de mantener una tasa de crecimiento medio-alto y de ofrecer más oportunidades de desarrollo al mundo mientras garantiza su propio desarrollo.
Aunque el crecimiento de China ha disminuido a su tasa más baja desde la crisis financiera, sigue siendo el contribuyente individual más grande para el crecimiento económico mundial.
Un crecimiento sostenible y saludable es más importante que uno rápido.
La enfermedad de la economía global no ha sido curada, en parte por las reformas estructurales mal concebidas y desganadas emprendidas desde la crisis financiera global.
En ese frente, China ofrece inspiración. Como dijo el presidente Xi, la meta de reforma del país se ha fijado y no se desviará. El país avanzará en las reformas y no disminuirá el ritmo.
La reforma estructural es dolorosa y tomará tiempo para que muestre su efecto. Con los problemas estructurales plagando la economía china durante tanto tiempo, entre más tiempo se lleve a cabo la reforma, mayor será el precio que la economía tendrá que pagar.
En lugar de una flexibilización monetaria implacable, China busca la reforma estructural enfocada en la oferta, reduciendo la sobre capacidad y la burocracia y apoyando la eficiencia y la innovación.
Mientras que las economías más avanzadas erigen muros de proteccionismo para apuntalar el crecimiento, el presidente chino dijo que el enfoque de competencia para arruinar al vecino no ayudará a ningún país a salir de la crisis y sólo disminuirá el espacio para el desarrollo común, lo que llevará hacia un escenario de pérdida para todos.
Las ideas han sido traducidas en acciones. La cantidad de zonas de libre comercio han aumentado a un ritmo destacado. Las compañías extranjeras están cosechando buenos beneficios en China y el país está considerando permitirles un acceso más fácil a un mercado mayor.
Todavía no es un momento de crisis, pero la alarma está sonando. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, señaló que desde inicios de la década de 1990 la economía del mundo no había estado tan débil por tanto tiempo.
La comunidad global no había coincidido tanto como ahora en el reconocimiento de la urgencia de las reformas estructurales. Con los países de cara a una variedad de desafíos estructurales, necesitan trabajar juntos para garantizar que sus políticas no se contrarresten entre ellas.
La economía mundial necesita más que una inyección de adrenalina. Necesita una cura para sus enfermedades crónicas. La garantía del presidente Xi sobre el futuro de China, ofrece una cosa más que la economía mundial necesita con urgencia: confianza.
(Editor: Rosa Liu,Rocío Huang)