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Ex guerrillero colombiano del ELN enumera desafíos para alcanzar la paz

Actualizado a las 12/07/2016 - 14:54
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Camina entre una hilera de autos aparcados frente a la acera de un parque en Bogotá, armado con un pito y un trapo rojo para ejercer como vigilante en la zona a cambio de unas monedas.

Su nombre, Edison Ortiz Escobar, quien desde hace 14 años figura en los listados de los guerrilleros desmovilizados del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y que de manera individual depuso las armas para reincorporarse a la vida civil en Colombia.

Edison consideró que es el momento para que las voces de los desmovilizados sean escuchadas y evitar que la guerra interna se repita, ahora que el conflicto entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Armadas de Colombia (FARC) parece llegar a su fin.

"Nací en una zona rural donde el Estado cuando hacía presencia lo hacía de una forma represiva. De ver ese entorno social y a esa camada de campesinos que me rodeaban, donde nos privaron de todo tipo de oportunidad como colombianos", consideré tomar las armas como único camino para reclamar derechos.

Con un convencimiento reflejado en una medalla del Che Guevara que pende de su cuello, el ex guerrillero detalló su paso por el ELN.

"Estuve 19 años con los 'elenos' y no me arrepiento de haber estado con el ELN. Estuve en muchos frentes, en el 'Francisco Javier Castaño', en el 'Luciano Ariza', en el 'Solano Sepúlveda', en el 'Domingo Laín', en el 'Carlos Alirio Buitrago' y en el 'Carlos Armando Cacua', que fue donde decidí dejar la lucha armada", explicó.

El desmovilizado admitió que dejar las armas ha sido el paso más difícil en su vida, silenciar el fusil, despojarse del uniforme y dejar atrás los alias con los que era reconocido dentro de cada uno de los frentes supuso un renacer con perspectivas poco claras.

Edison permaneció ocho años en la cárcel de Valledupar tras ser capturado en un enfrentamiento con la fuerza pública.

De esta prisión se fugó e intentó reincorporarse en las filas del ELN, pero algunas desavenencias con los comandantes lo llevaron a desmovilizarse de manera voluntaria.

"Para mí fue muy duro dejar la lucha armada. Te lo digo sinceramente, yo cambié las armas por unas ideas, dejé de ser guerrillero pero no revolucionario. Sigo con la misma convicción, en cuerpo estoy acá pero mis ideas siguen intactas con el ELN", dijo al precisar lo que considera son las razones de existir de esa guerrilla.

"Soy un firme convencido de que debe haber paz, porque creo que debemos de dejar de matarnos sobre nuestra riqueza. Pero el único directo responsable de que nos estemos matando sobre nuestra riqueza es el Estado (...) Si piensas diferente eres estigmatizado, pensar diferente en este país es un delito", comentó.

"La paz la hacemos todos desde acá. Pero mientras haya un sin número de problemas visibles para muchos e invisibles para pocos, seguirá habiendo una serie de dificultades que no te imaginas. Se mueren las personas en los hospitales, los niños se mueren de hambre, los campesinos son los que más trabajan y son los que menos reciben", agregó.

De acuerdo con la Agencia Nacional para la Reintegración, en Colombia se han desmovilizado 53.923 personas en los últimos 15 años.

Los programas de reintegración y reincorporación a la sociedad de esta entidad del Estado contemplan un apoyo tanto financiero y un acompañamiento social para cada ex guerrillero que deja las armas.

Para Edison, este acompañamiento adolece de varias falencias, pues si bien recibió una ayuda económica de cuatro millones de pesos, (unos 2.600 dólares) para emprender un proyecto de vida, el acompañamiento psicológico y emocional ha sido nulo.

"Para mi ha sido más difícil vivir en la civilidad que en la guerra. Aquí he sufrido más que en el conflicto. En el conflicto no me faltaba nada. Afortunadamente el ELN educó a mis hijas, aprendí muchas cosas. Acá la sociedad nos rechaza, recibimos el estigma de parias, pero nosotros somos personas valiosas", argumentó.

El Estado debe agrupar a los ex combatientes en foros para llevar el mensaje de paz a las diferentes regiones del país, consideró el ex guerrillero.

"Nosotros vivimos la guerra y tenemos pleno conocimiento de lo que puede venir si no se implementan programas reales de atención al desmovilizado", destacó.

No obstante, Edison expresa optimismo ante los avances en materia de paz en Colombia, pues considera que el camino armado ya agotó todas sus instancias y clama porque se atiendan los problemas sociales que detonaron el alzamiento guerrillero hace más de cinco décadas.

"Una paz sin en ELN es una paz a medias, te lo digo por experiencia vivida, si al ELN le aceptan la Convención Nacional, los 'elenos' se desmovilizan en tres años", afirmó al congratularse por el anunció de las conversaciones de paz entre el gobierno del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos y la cúpula del ELN el pasado 31 de marzo.

Aseguró también que el número de integrantes de esa guerrilla es superior a las cifras presentadas por el gobierno, con un poder en muchas regiones del país mayor al citado en los medios de comunicación.

"Debemos partir de una autocrítica. El bendito quiste de la indiferencia nos lo tenemos que sacar de nuestra bendita masa gris. Cuando superemos ese obstáculo habrá una paz globalizada en este país. Es lo que yo espero y no sólo yo sino todo el pueblo colombiano", enfatizó.

Al término de la entrevista, Edison se pierde entre la hilera de autos para recibir la retribución de la sociedad por haber dejado las armas, Retribución que debe optimizar para mantener a su familia de siete miembros.

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