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Libro blanco evidencia esfuerzos de China por combatir extremismo religioso

Actualizado a las 06/06/2016 - 09:30
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El gobierno ha publicado hoy jueves un libro blanco en el que defiende los esfuerzos de China en la lucha contra el extremismo religioso, a los que define como una actuación justa para salvaguardar los intereses fundamentales del país y el pueblo.

Los extremistas religiosos difunden, en nombre de la fe, visiones radicales y usan métodos extremistas para intentar imponer teocracias. El extremismo religioso es por su propia naturaleza "antihumano, antisociedad, anitcivilización y antirreligión", reza el libro blanco, titulado "Libertad religiosa en Xinjiang".

El extremismo religioso traiciona y distorsiona las doctrinas religiosas y con sus falacias embauca y engaña a la población, especialmente a los jóvenes, y convierte a alguna gente en extremistas y terroristas a los que tiene completamente controlados, según el documento, publicado por la Oficina de Información del Consejo de Estado, el gabinete chino.

Afectada por el extremismo religioso internacional, la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, ha visto como el extremismo religioso ha crecido y se ha extendido por su territorio.

Los hechos demuestran que el extremismo religioso se ha convertido en un auténtico peligro que socava la unidad nacional y la solidaridad étnica, sabotea la armonía social y religiosa, deteriora la estabilidad social y la paz en Xinjiang y pone en peligro la vida y propiedades de la gente de todos los grupos étnicos, indica el libro blanco.

Las fuerzas del extremismo religioso han diseñado y ejecutado una serie de graves y violentos atentados terroristas en China en los que han resultado heridos o muertos guías religiosos, creyentes y otra gente inocente, prosigue el documento.

El libro blanco señala que la represión del terrorismo y el extremismo es acorde a la legislación y normativa relevante, como el Código Penal y la Ley Antiterrorista, y es una parte importante de la batalla de la comunidad internacional contra el extremismo religioso.

El informe apunta que China preservará el papel de la civilización moderna, reforzará la cooperación internacional y mejorará el bienestar del pueblo para prevenir que aniden los pensamientos religiosos extremos.

China prohíbe que cualquier organización o individuo divida el país, propague pensamientos religiosos extremistas, incite al odio étnico, debilite la unidad nacional, altere el orden social o dañe la salud física y mental de los ciudadanos en nombre de la religión.

En una conferencia de prensa sobre el libro blanco, Shewket Imin, funcionario del Comité Regional de Xinjiang del Partido Comunista de China, señaló que la clave para combatir el extremismo se encuentra en las comunidades locales, donde los problemas tienden a producirse.

El funcionario mencionó una campaña de tres años en Xinjiang lanzada en 2014, en la que unos 210.000 funcionarios visitan a los residentes para conocer y entender las condiciones en las que viven y "ganarse sus corazones".

Al ser preguntado sobre el caso de Ilham Tohti, un maestro uygur sentenciado a cadena perpetua en 2014 por separatismo, Jerla Isamudinhe, vicepresidente del gobierno regional de Xinjiang, indicó que la sentencia se había basado en los hechos.

"El juicio no iba dirigido particularmente a ningún grupo étnico o religión. Cuando violas la ley, serás castigado en base a ella, sin importar quién eres, a qué grupo étnico perteneces y en qué religión crees", dijo el funcionario.

El libro blanco destaca que las actividades religiosas normales en Xinjiang están protegidas por la ley, y que las organizaciones religiosas son responsables de coordinar los asuntos religiosos internos y el gobierno no debería interferir.

"Ningún ciudadano de Xinjiang ha sido castigado por sus legítimas creencias religiosas", afirma el documento.

El estudio avisa de que quienes hayan violado los derechos e intereses legítimos de organizaciones religiosas, centros de culto y personal religioso y creyentes se tendrán que enfrentar a su responsabilidad legal, y quienes hayan cometido delitos serán procesados penalmente.

Los órganos judiciales de Xinjiang a todos los niveless combaten las actuaciones criminales en nombre de la religión para asegurar la libertad religiosa de los ciudadanos y las actividades religiosas normales, concluye el libro blanco.

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