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¿Japón tiene autoridad moral sobre leyes internacionales?

Actualizado a las 30/05/2016 - 10:03
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Japón, el país presidente de la cumbre de Ise-Shima del Grupo de los Siete (G7), asume una posición hipócrita cuando solicita a otros guiarse por las leyes internacionales cuando el país insular dirigido por el primer ministro Shinzo Abe no acata su propia Constitución ni las leyes internacionales.

Abe dijo en una conferencia de prensa luego de la reunión del G7 que es importante que los países hagan y aclaren sus reclamos "con base en la ley internacional, eviten acciones unilaterales que puedan incrementar las tensiones y no usen la fuerza o la coerción para tratar de dirigir sus reclamos", respecto a los problemas de los mares Oriental y Meridional de China.

No obstante, Japón, jamás ha sido reclamante en el Mar Meridional de China e, históricamente, devolvió a China las islas que ocupó durante la Segunda Guerra Mundial en acato a la Proclamación Potsdam luego de su derrota en 1945. Lo que China ha hecho en el Mar Meridional de China corresponde completamente a la soberanía de China, y es totalmente legal, razonable e intachable.

Es un hecho innegable que fue Japón el que en 2012 de manera unilateral e ilegal "nacionalizó" partes de territorios inherentes de China, las islas Diaoyu, y dañó enormemente las relaciones con su vecino más cercano.

Japón, por su parte, reclama 470.000 kilómetros cuadrados de zona económica exclusiva y alrededor de 255.000 kilómetros cuadrados de plataforma continental exterior por varias rocas yermas que tienen menos de 10 metros cuadrados y se sumergen cuando sube la marea.

Desde 1987, el gobierno japonés comenzó a construir edificaciones artificiales sobre las rocas para apoyar su reclamo de que las rocas son una isla. Pero de acuerdo con la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar (Unclos), las rocas deshabitadas llamadas Okinotori son sólo arrecifes que no pueden ser reclamados de manera legítima como una zona económica exclusiva.

Asimismo, Japón continúa con su llamada pesca científica de ballenas, a pesar de los llamados internacionales para que renuncie a su cacería letal de ballenas y de una decisión de la Corte Internacional de Justicia en 2014, que pide a Japón dejar de capturar y matar ballenas.

En apego a la estrategia de Estados Unidos "pivote a Asia", Japón se ha vuelto cada vez más agresivo al entrometerse en el tema del Mar Meridional de China y decidió incrementar las capacidades militares de algunos países del sudeste asiático al levantar de forma inconstitucional la prohibición al derecho a la autodefensa colectiva y sus restricciones a las exportaciones de armas.

Pero esas interferencias parciales e hipócritas, desafortunadamente, siempre han resultado en tragedias y nunca son métodos exitosos para ningún conflicto.

Si Japón busca erigirse como un pilar de la moralidad frente a la comunidad internacional, debe admitir todos sus malos actos respecto a las leyes internacionales y corregir sus propias malas conductas.

Japón debe adoptar también acciones concretas para enmendar los lazos con sus países vecinos al enfrentar las atrocidades que cometió en tiempos de guerra. Sólo entonces se revelará si un leopardo puede cambiar en realidad sus manchas.

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