Por Victoria Argüello
CARACAS, 7 dic (Xinhua) -- Los resultados de las elecciones legislativas realizadas el 6 de diciembre en Venezuela, modifican el tradicional escenario político en el que la hegemonía del oficialismo era inobjetable.
La nueva correlación de fuerzas que apunta a los 99 escaños alcanzados por la fracción opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), frente a los 46 curules del izquierdista Gran Polo Patriótico (GPP), tendrá repercusiones importantes en muchas de las decisiones que de ahora en adelante rosarán la vida pública.
La derrota del "chavismo", considerado éste como un poderoso movimiento social de base, pero que también incluye a funcionarios públicos y algunos sectores empresariales, viene dado en esta oportunidad por un descontento social.
La tesis de un malestar generalizado en la población venezolana, cobra mérito si se toman en cuenta la innumerable cantidad de fenómenos económicos que han conllevado a un deterioro de la capacidad adquisitiva e incluso a la incertidumbre.
Para el politólogo y analista internacional, José Luis Villegas, tras la contienda electoral de la víspera, el verdadero vencedor es el "descontento social" y no la oposición local que aún evidencia una "incapacidad" para construir su propio liderazgo.
"Ganó el descontento por la situación económica, la insatisfacción de la gente y es un drama porque no hay un liderazgo real en la oposición", afirmó Villegas en entrevista a Xinhua.
Dijo que se aprovechó "una debilidad en el gobierno, producto de un ataque que ha sufrido la economía venezolana".
La inflación se ha agravado en los últimos dos años y siete meses, que de acuerdo con instancias financieras internacionales como Banco de América y el Fondo Monetario Internacional (FMI) superará al término del año 170 por ciento.
El alza vertiginosa en los precios de mercancías, incluidos productos básicos, sumado a la ausencia de políticas efectivas que permitieran frenar este flagelo, conllevó al menoscabo de los niveles de aceptación por parte del electorado a la gestión de gobierno.
Otros flagelos económicos como el desabasto, la sobrevalorización del dólar en detrimento de la moneda local (bolívar) y los efectos de esta situación en la capacidad de ahorro, formaron parte de una incertidumbre instalada en el imaginario colectivo.
Prevalece también una insatisfacción por flagelos extra-económicos como altos índices de criminalidad, proliferación de la corrupción en gran parte de los ámbitos de la sociedad y atención sanitaria ineficiente, entre otros.
"Hay un agotamiento en el ejercicio del gobierno y eso ha causado su resultado. La corrupción ha hecho mella en la gestión del gobierno y si a ésto no se le imponen correctivos serios, reales, profundos, el chavismo va a debilitarse aún más", sostuvo el experto.
Villegas dijo que a esta situación nacional, se une a la posibilidad de que la población no se haya visto representada en las candidaturas que conformaron la oferta electoral, lo que se relaciona con la forma en que los partidos de izquierda construyen liderazgos locales.
"El pueblo podría estarle pasando factura (castigando) a los poderes regionales y locales, tanto del Partido Socialista como a los partidos aliados, eso también obliga al chavismo repensarse esos liderazgos", dijo.
Este conjunto de elementos fue aprovechado por la oposición local sin mayores gestiones, ya que pese a no desarrollar con vehemencia una campaña electoral, logró restar al menos un tercio del voto oficialista y volcarlo a su favor.
Según cifras señaladas la víspera por el presidente Nicolás Maduro, el gobernante PSUV obtuvo 42 por ciento de los votos, lo que en un universo de 19 millones 496.000 electores potenciales del padrón electoral, representa la pérdida de al menos 2 millones de votos.
"Tiene que haber una revisión profunda de la gestión del gobierno, de cómo se recupera la mayoría popular", agregó el especialista.
El escenario político inmediato alude a la iniciativa opositora de promover un referéndum revocatorio para el 2016, lo que a juicio de Villegas constituye uno de los desafíos más fuertes para el oficialismo.
El politólogo agregó, no obstante, que la MUD no es "homogénea", lo cual puede ser beneficioso para el oficialismo, es decir, un acercamiento táctico en la Asamblea Nacional con sectores menos radicales y con mayor poder de negociación.
Aseveró que la nueva composición legislativa no necesariamente contribuirá a una mejora de la economía venezolana, puesto que la oposición "apuesta a la destrucción del modelo social creado por el gobierno".
"En el aspecto económico vendrán más ataques; el barril de petróleo seguirá por debajo de 40 dólares y además van a ser minadas las iniciativas del gobierno nacional en materia social", apuntó.
La nueva correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional no sólo invita al oficialismo a repensarse, rectificar y reformular sus prácticas políticas, sino también a la oposición, ya que ésta aún no presenta proyecto de país y mantiene divisiones internas.
El instrumento del triunfo en todo caso se torna "banal", si no se vislumbra una estrategia final que permita a la MUD convertirse en hegemonía.
Pese a su derrota, el oficialismo cuenta con uno de sus mejores soportes que es la creencia de la mayoría de la población en un modelo social de justicia, paz y equidad, que trascienda el discurso y se erija como una posibilidad eficiente y real.