Descubren que la luz puede actuar como insecticida |
Fuente:agencias
Tokio,20/01/2015(El Pueblo en Línea)-Un equipo de la Universidad Tohoku de Japón ha descubierto un nuevo uso para el LED azul. Cuando se le usa en la frecuencia debida, puede convertirse en un insecticida efectivo, seguro, limpio y barato.
En el experimento, el equipo dirigido por Masatohi Hori demostró por primera vez que la luz visible que se encuentra alrededor del espectro azul, resulta letal para algunos insectos como los mosquitos (Culex pipiens f. molestus) o las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster). El equipo golpeó a cada especie con luces reguladas a diferentes intensidades y colores. Además, se estudiaron los efectos de la luz sobre los insectos en diversas fases de su desarrollo (huevos, larvas, adultos). Lo más interesante es que descubrieron que la ondas de luz que van del ultravioleta (378 nanómetros) hasta la luz visible azul (508 nm) mataba a los bichos, mientras que la luz roja o amarilla no les provocaba ningún daño.
Más interesante aún, descubrieron que la longitud de onda no se correspondía de forma directa con el grado de letalidad. Así, por ejemplo la mosca de la fruta sucumbía especialmente con luz a una frecuencia de 467 nm; y que por encima o debajo de esa frecuencia la morbilidad se atenuaba. Algo similar ocurría con los mosquitos, que sufrían especialmente con la luz a 417 nm. Es como si de algún modo, cada insecto fuera vulnerable a un tipo específico de luz.
Los responsables del experimento no tienen aún explicación del fenómeno, pero creen que la luz podría matar a los insectos un poco a imitación de los efectos que la luz ultravioleta (UV) causa en las células. En el caso de la luz azul/violeta y su acción sobre los insectos, podría ser que ciertas longitudes de onda estimulasen la producción de una tipo de molécula llamada especie reactiva de oxígeno.
Un beneficio obvio de este estudio es que los granjeros podrán en el futuro emplear el tipo de luz adecuado para acabar con la variedad específica de plaga que afecta a sus cultivos, sin provocar en el proceso daños a otros insectos beneficiosos como las mariquitas o las abejas. Y todo ello además sin contaminar la tierra o los vegetales con plaguicidas químicos.