Margrethe II contempló las fotos en la pared en las que aparece Bernhard Arp Sindberg, un danés quien ayudó a salvar a más de 20.000 chinos durante la masacre que aconteció entre 1937 y 1938.
"Sindberg fue un testigo de la Masacre de Nanjing y uno de los amigos extranjeros que protegieron a los refugiados chinos en la ciudad", explicó a la emperatriz Zhu Chengshan, comisario del centro.
El salón memorial recordó la historia más oscura de la ciudad. La historia no se puede cambiar, pero las lecciones se pueden aprender, señaló la reina al llegar a Nanjing ayer sábado.