BEIJING, 25 nov (Xinhua) -- China anunció el sábado el establecimiento de la Zona de Identificación de Defensa Aérea del Mar Oriental de China, sin embargo, las respuestas de Estados Unidos y de Japón a ella parecen, hasta cierto punto, ridículas.
La lógica de los dos países es simple, ellos pueden hacerlo, pero China no, lo que podría describirse con el dicho chino de que "los magistrados son libres de quemar casas pero la gente común tiene prohibido encender lámparas".
Es sabido por todos que Estados Unidos fue uno de los primeros en establecer una zona de defensa aérea en 1950 y posteriormente más de 20 países han seguido su ejemplo, lo que Washington ha dado por sentado.
Sin embargo, tan pronto como China empezó a hacerlo, Washington expresó de inmediato varias "preocupaciones". El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, expresó el sábado preocupaciones sobre la zona, por temor a que pueda "constituir un intento de cambiar el statu quo en el Mar Oriental de China" e incrementar las tensiones y riesgos en la región.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo hoy que Japón está seriamente preocupado. Japón estableció una zona de ese tipo en la década de los 60 e incluso permitió unilateralmente que la zona abarque a las Islas Diaoyu de China. Pero cuando China establece la zona que cubre a las Islas Diaoyu, Tokio anuncia de inmediato que eso es "inaceptable" e incluso Abe calificó de "peligrosa" la acción de China. Eso es completamente absurdo e irracional.
En pocas palabras, Washington y Tokio aplican criterios dobles.
El asunto de las Islas Diaoyu obviamente se encuentra en el centro de la cuestión de la zona de defensa aérea. Es sabido por todos que la parte japonesa es responsable del deterioro de la situación y de poner en riesgo la estabilidad de Asia Oriental entera y que China se ve obligada a responder para salvaguardar su integridad territorial.
En sus declaraciones, Washington y Tokio acusaron a China de que por medio de su acción socava la estabilidad de la región de Asia-Pacífico, pero en realidad son Washington y Tokio los que representan una amenaza para la paz y estabilidad de la región.
La asesora de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Susan Rice, reiteró recientemente que Washington va a enviar a 60 por ciento de sus fuerzas navales a la región del Pacífico y que va a proporcionar más armamento avanzado a sus fuerzas armadas en la región.
Con respecto a Japón, Abe ha tomado una serie de acciones preocupantes, incluido el incremento del presupuesto militar por primera vez en 11 años, la realización de más ejercicios militares e incluso el anuncio abierto de la intención de modificar la Constitución pacifista de Japón.
Las Islas Diaoyu son parte inherente del territorio chino y es natural que la Zona de Identificación de Defensa Aérea del Mar Oriental de China cubra el área.
Por lo tanto, son Washington y Tokio los que caen en el truco de confudir lo blanco con lo negro. Es el momento oportuno de que dejen de hacerlo.