Las mayores agrupaciones de transportistas de El Salvador paralizaron hoy labores en esta capital y las principales ciudades del país en demanda de conservar el subsidio al combustible que el gobierno quiere eliminar.
Los transportistas obstaculizaron las principales vías de la capital y condujeron sus unidades hacia la sede de la Asamblea Legislativa para detener la medida que anunció el presidente Mauricio Funes.
El gobierno anticipó que reducirá el subsidio hasta más de un 40 por ciento a partir del próximo año.
El Viceministerio de Transporte informó que 16 rutas de autobuses paralizaron el servicio a lo largo del día, pero desestimó la medida de presión.
El viceministro de Transporte, Nelson García, dijo que el impacto fue focalizado y débil.
Pero una de las principales gremiales del servicio público sostuvo que el paro funcionó hasta en 80 por ciento de las empresas.
Catalino Miranda, dirigente de una federación de transporte, reiteró que los empresarios del sector exigen que el gobierno mantenga el subsidio.
El Ministerio de Obras Públicas, al que pertenece Transporte, anunció que aplicará sanciones a quienes hayan apoyado la huelga.
El ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, advirtió incluso que el gobierno está considerando retirar la concesión de permisos de línea que gozan algunas rutas.
El impacto del paro, un recurso muy tradicional cuando acaecía la guerra civil salvadoreña en los años 80 del siglo pasado, fue mayor en el área metropolitana donde los ciudadanos tuvieron que recurrir a transportes alternativos para desplazarse.
En tanto, la Asociación de Empresarios de Autobuses Salvadoreños (AEAS) exige la prórroga de un decreto legislativo que autoriza la entrega del subsidio en los montos actuales, los cuales son 750 dólares por autobús y 375 por microbús.
Genaro Ramírez, presidente de AEAS, reiteró que el gobierno debe cuatro meses de subsidio al sector.