UENOS AIRES, 10 nov (Xinhua) –-Romina Kupelián, economista de la Universidad de Buenos Aires (UBA), sostiene que la inversión extranjera directa (IED) "en la región no trae casi ninguna ventaja" porque "se caracteriza por la adquisición de empresas ya instaladas, como sucedió en los 90 con las empresas públicas privatizadas por las que los inversores obtienen altas rentabilidades sin tener que tomar ningún riesgo".
Enumera críticamente que las IED "no aportan un salto tecnológico ni de expansión importante de la economía (regional) como sí fue el caso del sudeste asiático, en donde se dirigieron a sectores dinámicos generadores de valor agregado".
"En nuestras economías apuntan y van sobre el sector primario extractivo", lo que "por otro lado, trae aparejados problemas externos a futuro por el propósito de los inversores de remitir utilidades", asegura.
Aldo Abram, economista y director de la Fundación Libertad y Progreso, por su parte, considera que la IED en Argentina decrece porque se trata de "un país en donde la seguridad jurídica ha pasado a ser un mito" y, además, "porque no se puede recuperar las inversiones realizadas en dólares dado que se cambiar de manera constante las reglas del juego".
Matías Carugatti, economista, investigador jefe de la consultora Managemet & Fit, en el mismo sentido, afirmó que Argentina recibe menos IED que otros países de la región a causa de "la incertidumbre regulatoria y el cepo cambiario" porque "pocas empresas están dispuestas a invertir divisas aquí si luego no se les permite remitir las utilidades al país de origen".
Martín Burgos Zeballos, economista e investigador del Centro Cultural de la Cooperación y Cátedra Nacional de Economía "Arturo Jauretche", opina que la IED es menor porque "el nivel de extranjerización de la economía ya es muy grande y, porque los principales sectores rentables ya están extranjerizados".
Asimismo, señala que "parece haber una percepción negativa acerca del país como consecuencia de los juicios que nuestro país tiene en el CIADI".
ALTA TASA DE RIESGO PAIS
Kupelián, afirma críticamente que "las calificadoras que establecen el riesgo país argentino son las mismas que calificaban de forma positiva, casi libre de riesgos, a los instrumentos financieros estadounidenses que llevaron a la crisis financiera más grande de los últimos 70 años".
En ese contexto, pregunta: "¿Cómo confiar en ellas si responden a los mismos intereses que provocan gran vulnerabilidad al sistema?".
"Argentina tiene una relación deuda pública/PBI de alrededor del 40 por ciento, muy lejos de la relación que existe en muchos países europeos en la actualidad, como por ejemplo, España, con un 69 por ciento, o Italia, con un 120 por ciento", explica.
Agrega que "sin embargo, el riesgo país argentino (1.066 puntos porcentuales) es más que superior al de estas economías que se encuentran altamente vulnerables como son los casos de los países ya mencionados, España e Italia, con 388 y 322 puntos, respectivamente".
"Argentina está siendo penalizada con alta tasa de riesgo por el default anunciado en 2001, cuando la economía estaba tan endeudada que le era imposible recuperarse", sentencia.
Abram, en sentido opuesto, no duda en afirmar que "Argentina es un reconocido estafador que incumple sus compromisos".
Recuerda que "eso es lo que pasó en 2002, en 2007, cuando se interviene el Indec y modifica a la baja índices que afectan el rendimiento de los bonos del Tesoro y, ahora, en 2012, que los bonos emitidos por las provincias, nominados en dólares estadounidenses, los pagan en pesos" argentinos.
"Argentina sólo cumple con las reglas si le conviene al gobierno y, si no, no se respetan los acuerdos, se incumplen y, así, es lógico que aumente la tasa de riesgo", enfatiza.
Carugati opina que "con una mirada de largo plazo, el riesgo país argentino es relativamente más elevado que el de otras economías emergentes debido a la falta de resolución de la deuda con el Club de París, la nula credibilidad de las estadísticas oficiales y el avance del gobierno sobre empresas particulares (Aerolíneas, YPF) y sectores diversos (energía, mercado de valores, seguros)".
Aunque parcialmente, Carugati coincide con Abram y señala que la tasa de riesgo "se vio afectada en las últimas semanas por dos cuestiones específicas: la pesificación por parte del gobierno de Chaco del pago de su deuda nominada en moneda extranjera, que esparció rumores (desmentidos rápidamente) de una posible pesificación de toda la deuda pública".
"Y, por otro lado, el reciente fallo de la justicia estadounidense favorable a los intereses de los 'fondos buitres', que generó temores sobre el pago de la deuda a quienes entraron en los canjes de 2005 y 2010 (todavía no se sabe si van a cobrar lo pautado en las condiciones del canje o si recibirán menos porque parte de los fondos serán acreditados a los litigantes)".
Burgos Zeballos afirma que "suele decirse que la Argentina es un país que genera poca confianza y, por esa razón, la tasa de riesgo es alta, más alta que en España por ejemplo".
"Sin embargo los pilares de la economía son sólidos, con superávit comercial, bajo nivel de deuda externa, crecimiento relativamente elevado".
En esa línea, advierte que "la diferencia entre esas percepciones subjetivas y la realidad objetiva de la economía es de una gran magnitud, se fue verifica desde 2003 y, como siempre, aquel que sabe aprovechar la diferencia entre lo subjetivo y lo objetivo puede sacar una ganancia importante".
BAJA NOTA DE BONOS ARGENTINOS
Para Romina Kupelián, "la baja en la calificación de de los bonos argentinos en dólares en las últimas semanas por parte de la calificadora Moody’s se funda en los problemas que el sector privado y los gobiernos provinciales tienen y tendrpían para obtener divisas, dólares".
"Sin embargo, la política de regulación del mercado de cambiario (el llamado popularmente 'cepo') no influye de ninguna manera en la posibilidad del gobierno de obtener lo necesario para pagar sus deudas sino, más bien, todo lo contrario", advierte.
Analiza que la baja "se encuentra emparentada, entre otras cosas, con los resultados de la balanza comercial y, el fallo en contra de Argentina de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito en Nueva York a favor de los 'fondos buitres'".
Abram sintetiza que "Argentina le da demasiada importancia a las calificadoras de riesgo cuando, en verdad, la baja nota de los bonos soberanos obedece a la desconfianza del mercado en el país, producto de los antecedentes históricos y los manejos actuales".
Por su parte, Carugati minimiza el eventual efecto que podría generar la baja nota de los bonos soberanos porque "el gobierno no se muestra abierto a tomar deuda en el mercado financiero internacional".
Finalmente, Burgos Zeballos estima que "habrá que ver en largo plazo como evolucionan los bonos soberanos en el mercado" que actualmente pasan por "una mala coyuntura".
El analista atribuye esa situación a "la pesificación de algunos bonos (provinciales nominados en dólares, como lo ha hecho la provincia de Chaco) y las batallas legales que vienen ganando los fondos buitres" que litigan contra la Argentina.
Sostiene que "nadie cree que Argentina no vaya a pagar los bonos, simplemente porque el país es sustentable y tiene los recursos para pagar. Existe una brecha (significativa) entre nota de los bonos y capacidad para pagar que posibilita enormes ganancias".