ESPECIAL: Iraquíes anhelan paz y prosperidad en año nuevo, pese a violencia
Actualizado a las 30/12/2013 - 17:02
Conforme se acerca el año nuevo, los iraquíes mantienen un prudente optimismo en cuanto a sus deseos para 2014 mientras las oleadas de violencia siguen agitando a esta nación.
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Conforme se acerca el año nuevo, los iraquíes mantienen un prudente optimismo en cuanto a sus deseos para 2014 mientras las oleadas de violencia siguen agitando a esta nación.
"Deseo que 2014 traiga paz, una mejora de la seguridad y prosperidad para mi gente. Creo que las elecciones parlamentarias de abril serán el evento más importante del año", dijo Sarmad Aziz, de 32 años de edad, un cristiano que decora un árbol navideño en su hogar en el distrito de Mansour, en la parte occidental de Bagdad.
"Tememos algunos actos de violencia contra nuestra minoría cristiaba, pero aún así voy a celebrar el año nuevo con mi familia y con algunos parientes en mi casa", dijo Aziz tras colocar algunas velas en el árbol.
"No podría decorar mi árbol con luces, debido a que la mayor parte del tiempo no tenemos la suficiente electricidad, de modo que emplearé velas", agregó Aziz. "Se me hace más romántico".
Ali Abbas, de 47 años de edad, maestro de una secundaria del distrito de Baiyaa, en el sur de Bagdad, se siente optimista sobre 2014, año en que Irak celebrará sus terceras elecciones nacionales.
"Deseo que el año nuevo traiga paz y una mejor seguridad a mi gente y creo que el evento más significativo serán las elecciones parlamentarias, ojalá que le brinden un mejor futuro a los iraquíes", dijo Abbas entusiasta a Xinhua.
"Deseo que mi gente elija a las personas correctas para el próximo parlamento porque hemos sufrido suficiente con los políticos actuales. La pelota se encuentra ahora en la cancha de mi gente. Deben hacer el cambio", agregó Abbas.
El 30 de abril, Irak tiene previsto celebrar sus elecciones nacionales, en las que los iraquíes eligirán un nuevo parlamento que formará un nuevo gobierno de cuatro años.
En 2005, Irak realizó sus primeras elecciones parlamentarias desde la caída del régimen de Saddam Hussein en 2003. Las segundas elecciones se llevaron a cabo en 2009.
Samerr Muahmmed Ali, de 27 años de edad, vende verduras en el puesto de su padre. Se graduó hace cuatro años del instituto agrícola de la Universidad de Bagdad y no ha podido encontrar un trabajo decente.
"En los últimos cuatro años, mi esperanza de encontrar un trabajo ha muerto. Las cosas se ponen peor, la paz y la estabilidad son sólo sueños imposibles", dijo Ali en referencia a las implacabales división política e inseguridad de los últimos años. "Como pueden ver, nada ha cambiado y mis sueños se han pospuesto por tiempo indefinido".
Más de una década de cambios drásticos ha transcurrido en la vida de los iraquíes tras la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003 y muchos iraquíes todavía sienten nostalgia al recordar los viejos días, aunque muchos están de acuerdo en que nunca hubieran estado bien bajo la dictadura de Saddam.
"Puedo recordar que antes de 2003, las celebraciones de año nuevo eran comunes en casas, restaurantes, clubes e incluso muchos musulmanes participaban y miles de jóvenes y familias pasaban la noche en las calles hasta las primeras horas del año nuevo", dijo Sami George, un ingeniero de 35 años de edad.
"Tenemos algunas pequeñas fiestas al interior de nuestros hogares y quizá en algunas calles de los barrios cristianos de Bagdad podramos divertirnos todavía, pero no tanta como antes", agregó el ingeniero.
Muchas familias cristianas del mayoritariamente cristiano distrito de Doura, en el sur de Bagdad, han salido de sus casas para celebrar la Navidad y el año nuevo en la región norteña semiautónoma de Kurdistán.
"Muchos de mis vecinos se fueron a Kurdistán para poder tener celebraciones pacíficas ahí, pero algunos cristianos nos quedamos aquí debido a que cuesta mucho dinero y difícilmente me gano la vida", dijo Khalid Bahjat, de 44 años de edad, el dueño de un puesto que vende zapatillas en el mercado popular de Athouryeen, en el distrito de Doura.
El 25 de diciembre, un letal ataque con bomba tuvo como objetivo a una minoría cristiana en Bagdad mientras decenas de devotos salían de una misa cristiana en una iglesia del distrito de Douram en el sur de Bagdad, lo que dejó 38 muertos y 71 heridos, en su mayoría ciudadanos cristianos.
Otro ataque fue perpetrado el día de Navidad cuando tres bombas estallaron en el Athouryeen, lo que provocó la muerte de 11 personas y dejó 14 lesionados.
Los extremistas islámicos han atacado con frecuencia a los cristianos desde la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003, lo que ha obligado a miles de ellos a huir del país o a desplazarse a la región kurda.
Raymond Haddad, de 44 años de edad, miembro de la minoría cristiana iraquí, se siente triste por no tener una fiesta tan llamativa como solía tenerlas debido a la falta de seguridad y a que muchos de sus amigos cristianos han dejado el país.
"Estoy muy triste de que no podamos tener paz aunque ya haya pasado una década desde la invasión estadounidense. Más bien, sólo hemos enterrado a miembros de la familia que murieron en el ataque con bomba de Navidad de hace unos días", dijo Haddad en una cafetería con su esposa y sus dos hijas en el distrito de Mansour, en el oeste de Bagdad.
A pesar de la cautela en su pronóstico para el futuro iraquí, muchos iraquíes expresan la esperanza de su país todavía sea un buen lugar para vivir.
"Mi familia y yo no nos rendimos. Seguiremos esperando para celebrar el próximo año nuevo e intercambiaremos abrazos y deseos. Aún no hemos perdido la esperanza en Irak", dijo con orgullo Mazin Anis, de 52 años de edad, un empleado gubernamental de la minoría cristiana.
Zeina, esposa de Anis, en sus cuarenta y tantos, estuvo de acuerdo con su esposo y dijo: "Sí, tenemos miedo, pero ¿quién no lo tiene?. Nuestro amor por la vida es más fuerte. Mi deseo es que el próximo año sea mucho mejor y más seguro".
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