El presidente sirio Bashar Al-Assad rogó el miércoles a los países del grupo BRICS que ayuden a su país en crisis a restaurar la seguridad y la estabilidad.
En una carta a estos países, Al-Assad les pidió que trabajen juntos para poner fin al sangriento conflicto en Siria, de dos años de duración, y para facilitar una solución política.
Al-Assad también urgió a las cinco naciones que se esfuercen por aliviar el sufrimiento provocado por las "injustas e ilegales" sanciones económicas.
La petición se produjo un día después de que la Liga Arabe (LA), que suspendió la calidad de miembro de Siria en noviembre de 2011, otorgara el puesto que había quedado vacío a la oposición siria respaldada por Occidente, la Coalición Nacional, e instara a todos los países a apoyarla con todos los medios, incluidos los militares.
El gobierno sirio rechazó la decisión del organismo panárabe, y advirtió de que tendría repercusiones "peligrosas" en el futuro de la LA y en la seguridad nacional árabe, ya que causará más derramamiento de sangre y estimulará "al terrorismo y a los terroristas".
También indicó que podría "obstaculizar los esfuerzos genuinos" realizados por los países y las partes solidarias por "encontrar una solución política basada en el diálogo entre los sirios".
El grupo del BRICS, integrado por cinco economías emergentes, Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, acaba de concluir su quinta cumbre en la ciudad sudafricana de Durban.
El conflicto sirio, que se desató en marzo de 2011, ha acabado con la vida de más de 60.000 personas y ha desplazado a más de tres millones de personas, entre ellas, alrededor de 1,1 millones de personas que han huido a países vecinos.