La Casa Blanca prometió hoy trabajar con sus socios para asegurarse de que la República Popular Democrática de Corea (RPDC) sea castigada por lanzar un nuevo satélite.
El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, reiteró la posición de Washington en el sentido de que la más reciente acción de la RPDC es "un acto de provocación que amenaza la paz y la seguridad regionales y socava el régimen global de no proliferación".
"De modo que seguiremos trabajando con nuestros socios internacionales para asegurarnos de que el régimen de Corea del Norte quede aún más aislado y de que sea castigado por su flagrante violación a las obligaciones internacionales", dijo Carney durante la conferencia de prensa regular, en una referencia a las resoluciones 1718 y 1824 que prohíben todas las actividades relacionadas con el programa de misiles balísticos de Pyongyang.
Washington y sus aliados consideran el lanzamiento del satélite por parte de Pyongyang como una prueba de misiles disfrazada.
"No tengo una lista de los próximos pasos, pero tomamos este asunto con mucha seriedad y no estamos solos", dijo Carney, quien agregó que Washington está esperando una acción en Nueva York.
El Consejo de Seguridad condenó hoy el nuevo lanzamiento de Pyongyang y describió la acción como "una clara violación" a las resoluciones pertinentes, además de que prometió continuar con las consultas para ofrecer la "respuesta apropiada".
Después de un intento fallido en abril, la RPDC anunció hoy que había lanzado con éxito un satélite montado en un cohete de largo alcance e insistió en que el lanzamiento tiene únicamente fines pacíficos y científicos.
El Consejo de Seguridad, Washington y algunas otras naciones han impuesto sanciones a la RPDC en el transcurso de los años por sus ensayos nucleares y otras actividades de proliferación.