El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota, pidió hoy que se tomen con prudencia las denuncias del supuesto uso de armas químicas contra civiles en Siria, y sugirió esperar la conclusión de los trabajos de peritos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el tema.
Patriota lamentó las sospechas de que armas químicas puedan haber sido utilizadas por fuerzas de seguridad en Al Ghouta, en la periferia de Damasco, donde murieron por lo menos 100 personas este miércoles.
La denuncia fue hecha por la organización no gubernamental Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, pero fue desmentida por el gobierno de Bashar Al Assad.
El incidente ocurre tres días después de que un equipo de investigación de la ONU arribó a Damasco para iniciar una misión de 14 días destinada a indagar el supuesto uso de armas químicas en las áreas afectadas por la guerra.
El canciller brasileño defendió la búsqueda de un acuerdo en la región a partir de una agenda diplomática desarrollada por el grupo que encabeza el enviado especial de la ONU y de la Liga Arabe a Siria, Lakhdar Brahimi.
El gobierno de Brasil acompaña la situación por intermedio del encargado de negocios en el país, el diplomático Bruno Carrilho, quien se encuentra en Beirut, capital del Líbano, en la frontera con Siria, y envía informes diarios sobre la situación.
Desde el comienzo del conflicto en Siria, en marzo de 2011, han muerto más de 100.000 personas y cerca de 7 millones se encuentran en situación humanitaria de emergencia, de acuerdo con la ONU.
La crisis de 29 meses ha atraído a supuestos yihadistas y mercenarios extranjeros que libran una guerra en territorio sirio contra las tropas gubernamentales.
La llegada de los terroristas, acusados de conexión con la red Al Qaeda, ha complicado aún más el panorama político de Siria y alimentado las rivalidades sectarias en el país.