El chofer del autobús que volcó hoy en la localidad española de Tornadizo, Avila, con un saldo de nueve muertos y 22 heridos, confesó que se quedó dormido, por lo que fue detenido como responsable, indicó la prensa local.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien visitó a familiares de las víctimas, confirmó que la Guardia Civil detuvo al conductor de 54 años y que la fiscalía prepara una acusación en su contra por los delitos de homicidio y lesiones por imprudencia.
Según la prensa española, que citan a fuentes de la investigación del percance, en su primera declaración, el chofer confesó que "dio una cabezada".
Sin embargo, el ministro Fernández Díaz se negó a confirmar esta versión.
El chofer, quien dio negativo en la prueba de alcoholemia y, según el tacógrafo, no conducía a una velocidad excesiva, continuaba esta tarde en manos de la Guardia Civil y estaba previsto que pasara a disposición judicial a lo largo de la tarde-noche de hoy.
La Dirección General de Tráfico (DGT) y Emergencia de la comunidad Autónoma de Castilla y León, región donde radica la provincia de Avila, indicó que de los 22 heridos, seis de ellos están graves, entre ellos una niña de seis años.
Las labores de los servicios sanitarios y del forense se prolongaron durante varias horas más, ya que habían quedado atrapados en el interior del vehículo varios de los heridos, según la Guardia Civil de Tráfico.
Las víctimas, que viajaban en su mayoría en el lado derecho del coche, presentan numerosos politraumatismos y varios se encuentran en estado de "shock".
El autobús, que tenía 16 años de antiguedad y todos los papeles en regla y había pasado inspecciones con normalidad, quedó totalmente destrozado y con numerosas manchas de sangre.