A una semana de los comicios locales en 15 de los 31 estados mexicanos, asesinatos de candidatos a puestos de elección popular y de sus colaboradores o familiares enrarecen el ambiente político en este país latinoamericano.
La víspera, se registraron sendos atentados con armas de fuego contra una candidata en el estado de Oaxaca y contra el hijo de un político en Sinaloa.
En el primer caso, la candidata a diputada local por el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rosalía Palma, fue herida de gravedad y su esposo y una sobrina murieron en un ataque a tiros perpetrado en una carretera oaxaqueña.
En el otro atentado, fue asesinado a tiros José Antonio Loaiza Zamora, hijo de Antonio Loaiza Delgado, ex presidente municipal del PRI en San Ignacio, Sinaloa, y coordinador de campaña del aspirante a la alcaldía por ese partido, Amado Loaiza Perales.
Estos dos nuevos crímenes se agregan al homicidio hace cuatro días de Eleazar Armenta Acuña, candidato suplente a regidor y coordinador de la campaña del abanderado de la coalición Partido Acción Nacional, de la Revolución Democrática y del Trabajo (PAN-PRD-PT) por el municipio de Sinaloa, Esteban López.
El próximo domingo 7 de julio, 15 estados mexicanos celebrarán elecciones locales, para elegir diputados locales, un gobernador y autoridades municipales, en un contexto de tensión por la ola de asesinatos de políticos regionales.
Habrá comicios en Baja California, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Zacatecas, Coahuila, Hidalgo y Sonora (extraordinaria para una diputación).
El pasado 16 de junio, la Procuraduría General de Justicia de Oaxaca halló el cadáver de Nicolás Estrada Merino, presidente del Consejo Estatal del PRD en ese estado, quien había sido secuestrado unos días antes en la ciudad de Tuxtepec.
En Veracruz, Pedro Isaac López, candidato suplente del Partido Cardenista a la alcaldía de Martínez de la Torre, fue encontrado muerto, el pasado 15 de junio, en un predio del municipio de Atzalán.
El 12 de junio, luego de haber sido secuestrado unos días antes, el candidato del PRI a la alcaldía de Guadalupe y Calvo, del norteño estado de Chihuahua, Jaime Orozco, fue localizado muerto en una zona agreste de ese municipio.
Ante los atentados, el secretario de Gobernación (ministro del Interior), Miguel Angel Osorio, convocó este domingo a una reunión con los gobernadores de 14 de los 15 estados donde habrá elecciones, para acordar "medidas extraordinarias" de seguridad.
Lo mismo hará con los dirigentes de los partidos políticos.
El líder nacional del gobernante PRI, César Camacho, exhortó este domingo a todos sus candidatos a extremar precauciones y evitar atentados.
El coordinador priista en el Senado, Emilio Gamboa, instó a las autoridades a aplicar todo el peso de la ley contra los responsables de los atentados y homicidios cometidos contra los abanderados de los partidos políticos.
Ante este panorama, el ex senador y dirigente del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda), Jesús Ortega, llamó al presidente mexicano Enrique Peña, a gobernadores y a procuradores de los estados donde habrá elecciones, a frenar las agresiones contra políticos.
Alertó que esos ataques pudieran ser una estrategia electoral disfrazada de crimen organizado.
En Chihuahua, Sinaloa y Durango, los tres estados que configuran el llamado Triángulo Dorado del comercio de droga, habrá elecciones el domingo venidero.
El viernes pasado, el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, denunció, en un desplegado en la prensa nacional, el aumento de la "violencia política", que "se incrementa en el marco de las campañas".
La escalada de violencia electoral obligó a las procuradurías y fiscalías especializadas en combatir delitos electorales de los estados a pactar un programade cooperación con la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade, federal).
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