El gobierno de Argentina reclamó hoy el cese de la violencia en Siria, al exhortar ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) al diálogo "franco e inclusivo" entre las partes en conflicto.
El gobierno de la presidenta argentina Cristina Fernández dio "su apoyo a todas las iniciativas destinadas a encontrar una solución" a la crisis y exigió que los Estados que suministran armas y materiales conexos a las partes en el conflicto en Siria "dejen de hacerlo de manera inmediata".
La posición de Argentina fue expuesta ante el CSNU, durante el transcurso de una ronda de consultas que se desarrolló en el seno de ese comité para tratar la crisis siria" informó en Buenos Aires el Ministerio de Relaciones Exteriores.
"La Representación Permanente de la Argentina ante la ONU enfatizó la necesidad de que todas las partes cesen en el uso de la violencia y expresó su apoyo a todas las iniciativas destinadas a encontrar una solución política, a través de un diálogo franco e inclusivo de todos los sectores de la sociedad siria", indicó la cancillería.
El gobierno argentino lamentó que tanto el gobierno como la oposición en Siria tiendan a favorecer la opción militar como forma de resolver la crisis y que actores externos privilegien la militarización, al armar y financiar a las partes en conflicto con serias consecuencias para la población civil.
En el encuentro para analizar la situación en Siria participaron la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, y la secretaria general adjunta de Asuntos Humanitarios de la ONU, la embajadora argentina María Cristina Perceval.
"Es nuestra convicción y es facultad de este consejo (CSNU), de conformidad con el Estatuto de Roma, remitir una determinada situación a la Corte Penal Internacional para casos en que la justicia interna no tenga la voluntad o la capacidad de juzgar crímenes atroces", señaló la diplomática argentina.
Perceval agregó que para Argentina, la defensa de los derechos humanos y la protección de las víctimas constituye una prioridad absoluta, como también es central en su política exterior el respeto del principio de no intervención.