El ex presidente peruano Alberto Fujimori no puede ser procesado en ausencia, a no ser que presente problemas de salud comprobados, afirmó hoy el fiscal de la Nación, José Antonio Peláez Bardales, al comentar el nuevo juicio sobre peculado que enfrentará en los próximos días.
De acuerdo con el fiscal, en principio todas las personas que enfrentan un proceso legal tienen que asistir a éste, pero si está impedido por algún problema de fuerza mayor tendrá que ser sustentado por su abogado.
Las declaraciones de Peláez se dieron en respuesta a las afirmaciones del abogado César Nakasaki, quien aseguró que Fujimori, de 74 años, no asumirá este juicio debido a su deteriorada salud por un presunto padecimiento de cáncer en la lengua.
El ex mandatario peruano deberá enfrentar un nuevo proceso, después que la Corte Suprema de Justicia de Chile falló por la ampliación de extradición para abarcar las acusaciones de peculado por pagar ilegalmente unos 47 millones de dólares en espacios de diarios informales durante su campaña para una tercera reelección.
La justicia peruana prepara este nuevo juicio de peculado contra Fujimori después de recibir recientemente la aprobación de ampliación de la justicia de Chile, país de donde fue extraditado a Perú en 2007.
Según el fiscal de la Nación, en caso de que hayan problemas de salud la defensa del ex mandatario, que gobernó este país de 1990 a 2000, tendrá que presentar sus razones y después someterse a exámenes médicos del Instituto de Medicina Legal para evaluar la situación real de su salud.
Agregó, que en último término la justicia peruana puede recurrir a teleconferencias o trasladar a los jueces hasta el centro penitenciario donde Fujimori cumple una condena de 25 años por crímenes de lesa humanidad.
El propio abogado del ex gobernante sostuvo que este proceso podría convertirse en uno de los más controvertidos y largos de este país por sus implicancias políticas.
Fujimori cumple una condena de 25 años en un cuartel policial de la capital peruana por los crímenes de la Cantuta y de Barrios Altos, donde fueron masacrados 25 personas por el grupo paramilitar Colina, que operó durante su régimen.